El trío que pudo haber sido y no fue

Llegamos a su casa y nos besamos intensamente en el estacionamiento.

Subimos al apartamento y allí estaba él. Bello, más bello que en cualquiera de las fotos que había visto antes. Nos presentamos y me sirvió una copa.

Estábamos los tres viendo un concierto, conversando, comiendo snacks y bebiendo vino.

Era mi primera vez en casa de Luis, quien me llamó a su cuarto con una excusa muy mala. No había terminado de cruzar la puerta cuando me estaba tomando por la cintura, me levantó y me pegó contra la pared.

Nos besamos con muchísimas ganas, teníamos días imaginando este encuentro y por fin estábamos frente a frente.

Era obvio lo que iba a pasar.

Lo hicimos. Uno de los mejores polvos de mi vida y el pene más grande que he conocido.

Afuera estaba Gabriel, solo. Mientras Luis y yo descansábamos en la cama.

-Le gustas mucho a Gabriel

-¿Si?

-Nosotros estuvimos hablando…y…¿crees que él pueda venir?

-¿Cómo?

-¿Que si te gustaría estar con él también?

-Mmm…Oook…

Gabriel salió y entró su mejor amigo. Era precioso y estaba buenísimo.

Me dijo que le encantaba desde que me vio en fotos y que le excitaba mucho. También que ellos compartían todo, que eran amigos desde muy jóvenes y que sabían cómo pasarla muy bien.

Nos besamos, le quité la ropa, nos besamos más.

Jamás me imaginé que estaría en una situación así, pero lo estaba disfrutando.

Captura de Pantalla 2020-05-14 a la(s) 9.56.25 a.m.
Ilustración de Nymphainna

Moría de ganas, pero Gabriel estaba tan alcoholizado que no logró que su pene se endureciera.

Yo, con muy poca paciencia, me levanté y me vestí.

Luis me llevó a casa, nos despedimos con un beso y más nunca volví a saber de ninguno de los dos.