No sé cuándo exactamente, pero algunos meses atrás, borré Bumble. Lo hice porque estaba cansada de los perfiles que encontraba, cansada de invertir mi tiempo intentando conocer a alguien y sobre todo porque me sinceré conmigo misma y me había cansado del sexo casual.
A ver, yo terminé usando esta app para acostarme con personas, para saciar esta «necesidad de sexo». Sinceramente llegué al punto donde no creía conocer o encontrar nada que valiera la pena en ese lugar. Durante años me funcionó, durante años estuve bien con los ONS y con tener doce citas al mes de las cuales quizá una se volvería un date recurrente, pero poco a poco y cada vez más, me fui cansando.
Hoy digo abiertamente y sin que me quede nada por dentro que tengo mucho más que ofrecer que sexo. Durante mi vida me cosifiqué y me sexualicé, determiné mi valor por lo atractiva que me sentía y dejé que el deseo de otras personas a mi cuerpo dictaminará la buena o mala percepción que tenía de mí misma.
Creo que no he llegado a sentirme «vacía» con esos encuentros, simplemente dejaron de ser funcionales para mí. Sin embargo sí creo que estamos metidos en ese sistema de transacción, del uso y desecho, del descarte…por miedo. Nos da miedo involucrarnos, hacerlo de verdad -ya hablar de los traumas de la infancia es una conversación tan cotidiana como la que tienes con tus compañeros de oficina en el almuerzo- nos da miedo mostrar nuestra oscuridad, sentirnos vulnerables, decir que nos gusta mucho alguien o que le queremos.
La primera capa es la necesidad sexual, es saciar el afecto, el roce, el cuchareo, los mimos y los abrazos con la primera persona que se cruce, pero luego de ese momento o dos o tres, regresas a tu casa con la segunda capa sin satisfacer, sin la parte emocional, sin la parte que te hace buscar el afecto en otros, es como si arrancaras las costra que está sanando y terminas peor porque se vuelve a abrir la herida.
No soy una cosa, no quiero tratar a los demás como cosas, quiero querer y que me quieran. Quiero sentir que vivo y que duela lo que tenga que doler.
Vivo con vaginismo. Es decir, los músculos que rodean mi vagina se contraen involuntariamente y me duele (se siente como un escozor, como si algo me quemara) cada vez que intento introducir cualquier objeto en ella. No puedo tener ningún tipo de penetración, ya sea para una revisión ginecológica, aplicar un tampón o tener relaciones sexuales con coito. No hay un consenso sobre sus causas, pero muchas veces se asocia a traumas o eventos psicológicos.
No obstante, también puede ser una afección meramente física, que se puede tratar como cualquier contractura. Por lo tanto, el tratamiento que se recomienda es una combinación de terapia psicológica y física.
¿Cómo lo descubrí?
Ha sido un largo camino para poder nombrar lo que me pasa y encontrar una solución. Hay mucha desinformación sobre el vaginismo, pues se ha banalizado y minimizado el dolor que experimentamos las mujeres y las personas con vulva. Además, el mito de la virginidad ha hecho que el dolor se normalice y ha puesto mucha presión en nosotras en el ámbito sexual.
Si hago memoria, yo creo que la primera señal fue una interacción sexual en donde sangré después de que una pareja introdujera sus dedos. En ese momento pensé que era normal el sangrado y el dolor, pues era virgen, entonces no le presté ninguna importancia. Sin embargo, ahora veo que en ese momento inició mi asociación entre sexo y dolor. Posteriormente, intenté tener relaciones sexuales con coito con mi pareja del momento y fue imposible. Recuerdo que empecé a sentir mucha frustración y desesperación. A cualquier costa quería deshacerme de mi “virginidad” pero a la vez cada vez era mayor el miedo al dolor.
La primera vez que en verdad me cuestioné qué era lo que estaba pasando a nivel físico, fue una ocasión que intenté usar un tampón y no pude. Todo esto ocurrió en la preparatoria y no supe cómo manejarlo, ni cómo acercarme a ayuda profesional. Me daba pena decirle a mi mamá que quería ir con una ginecóloga, pues no quería que supiera sobre mi vida sexual. Lo llegué a platicar con amigas y era verdaderamente frustrante que nadie más pasaba por eso. Las respuestas que recibía era que me relajara, que era normal que sangrara y que me doliera. Ahora sé que buscaba respuestas en los lugares equivocados. A pesar de eso creo que tuve la fortuna de tener amistades que me escuchaban aunque no tenían las respuestas.
Mientras todo esto pasaba, un día sufrí de un abuso sexual, el cual negué, pues no quería lidiar con las consecuencias. Pasaron meses y decidí que era momento de ir con una ginecóloga para saber qué era lo que me estaba pasando. La sorpresa que me llevé fue que me en ese episodio de violencia sexual me contagiaron VPH. Desafortunadamente, la ginecóloga que me dio el diagnóstico me revictimizó porque había bebido de más la noche del abuso. Esto sólo empeoró mi situación.
Debido a eso, después del tratamiento para el VPH, decidí cambiar de ginecóloga. Yo ya había investigado un poco en internet y me había topado con la palabra vaginismo, pero no fue hasta que la ginecóloga me explicó y enseñó los músculos que están contracturados, que supe verdaderamente lo que tengo. Después de descartar cualquier otra afección física, la doctora me canalizó con una sexóloga para tratarme.
Al enterarme del diagnóstico del VPH y no saber por qué no podía tener penetración, mi relación con mi sexualidad empeoró. Sentí un gran miedo por no conocer mi vulva, por saber que estaba enferma, culpa por no haber ido a la ginecóloga antes y miedo a no poder compartir mi sexualidad con alguien nunca más. Afortunadamente, la vida me demostró que no es ni será así. Sin embargo, muchos años viví con miedo, sola y en silencio.
¿Qué fue lo más difícil?
Creo que la mayor limitante es la poca información que hay al respecto y todas las presiones que existen para que las mujeres vivamos una sexuallidad de acuerdo con el canon en donde la penetración es central. Además, la estigmatización y tabúes que existen alrededor de la sexualidad femenina, hacen que sea más difícil recurrir a ayuda profesional. Nos sentimos avergonzadas por no cumplir con el papel sexual de una mujer “normal”, es difícil que hablemos de ello. Creo que es necesario que cada vez se hable más de las disfunciones sexuales femeninas y de otras formas de llegar al placer. También es muy importante que los especialistas tengan las herramientas necesarias para apoyar a las personas, sin revictimizarlas, ejercer otras violencias y tomar en cuenta distintas vivencias.
¿Cómo ha sido con mis parejas?
Mi última pareja fue sumamente comprensiva y amorosa en el proceso. Al principio de la relación me costó mucho trabajo contarle todo, pero logramos construir la confianza e intimidad necesarias para poder hablar del tema. Sin embargo, hubo momentos en los que fue difícil, pues a pesar de que había comunicación, a mí se me dificultaba hablar de ello porque me seguía sintiendo insegura, como si no pudiera darle “algo”, a pesar de que él me dijera y demostrara que no era así. Creo que el apoyo de la pareja ayuda y acompaña pero lo más importante es seguir los procesos internos por y para una misma.
En este tema de las parejas siempre he tenido el miedo de cuándo es el mejor momento para informarle a unx potencial compañerx de mi situación. Me daba mucha ansiedad decirlo demasiado pronto y que se sacaran de onda por mi honestidad, o que fuera demasiado tarde y se crearan expectativas que no podría cumplir. La conclusión a la que he llegado es que mi condición no es más que un filtro adicional, y que la persona que quiera estar conmigo va a aceptarme y acompañarme.
Reconocer que vivo con vaginismo y que eso no me resta valor a mí ni a mis relaciones, fue muy difícil. La negación hacía más difícil que pudiera hablar de ello y que llevara a cabo un tratamiento. Una vez lo acepté, he podido escuchar a mi cuerpo y todo ha fluido con mayor facilidad. Esto lo he logrado a partir de un largo camino de desaprendizaje sobre lo que es la sexualidad.
Actualmente estoy tomando terapia psicológica una vez a la semana, mientras hago ejercicios en casa. Los ejercicios de Kegel me han servido mucho para conocer mi cuerpo y poder disociar los músculos del suelo pélvico. También ha sido muy importante conocer mi vulva, viéndome a un espejo y tocándola con mis dedos. Otro instrumento que me ha sido útil son los dilatadores vaginales, que tienen distintos tamaños y ayudan a relajar los músculos gradualmente.
Si estás pasando por algo parecido…
Te recomiendo tener mucha paciencia y ternura contigo. Creo que a veces puede ganarnos la desesperación. El proceso de recuperación no es lineal; hay días buenos y días malos. En estos últimos lo más importante es tomarse un respiro y no presionarse, para intentarlo otro día. También algo que me ha sido muy útil es tener en mente que mi sexualidad no se limita a mi recuperación del vaginismo. Claro que quiero recuperarme, pero sólo para poder ampliar mis posibilidades en el ámbito sexual, no porque haya algo mal en mí.Recuerden que la sexualidad no es únicamente el coito.
Por otro lado, una de las primeras personas a las que leí fue a Pilar Pons. Ella tiene un libro, un podcast y un blog en donde habla del vaginismo y sus tratamientos. De igual manera, mi sexóloga me recomendó la página vaginismus.com, en donde viene mucha información sobre el tema. Recientemente una chica me compartió un manual para la dilatación que creo también está muy completo. Finalmente, creo que es bueno informarse y documentarse, pero también el internet está lleno de información que puede abrumar e información errónea. Además, cada persona es un mundo y hay cosas que le pueden funcionar a alguien y a otra persona no. Por eso, lo que recomiendo a primera instancia es buscar apoyo profesional por parte de unx ginecólogx o unx sexólogx.
Esperamos que esta información pueda llegar y ayudar a quien lo necesite, recuerda que no estás solx y que cualquier situación por la que estés pasando, también pasará. Si necesitas hablar, puedes contactarme sin ningún tipo de vergüenza.
Peter Fischli y David Weiss en Order and Cleanliness
Hace poco me encontré con este diagrama que más que explicarme, me sirvió de excusa para este texto. Básicamente según esto, el centro de todo lo que hacemos en la vida es el orgasmo…Y digo excusa porque según lo que pude leer estos señores se volvieron locos e hicieron muchos diagramas en ese libro, algunos con un poco más de sentido que otros.
¿Qué tan importante es el sexo?
Es decir muchas veces me encontré en mi casa, sin bañar, escuchando música en la comodidad de mi cama y si alguien me invitaba a vernos, me invadía una flojera inmensa. Daba igual si tenía días sin salir, si tenía ganas, o si estaba aburrida…de verdad no importaba. Solamente pensar que tenía que bañarme, escoger ropa, trasladarme a algún lugar, tener una conversación básica con alguien -o capaz no tan básica- y que MUY probablemente el sexo fuera mediocre , me aburría infinitamente y me llenaba de flojera. Eso sin contar todas las veces que me dejaron plantada durante la cuarentena.
¿Existe la posibilidad de que un mal polvo se convierta en un buen polvo con la práctica y la comunicación?
O sea, imaginemos que estás hablando con alguien y todo fluye muy bien, te cae bien, te hace reír, cogen un par de veces y la verdad es que deja mucho que desear o que no te gusta tanto en ese aspecto, pero todo lo demás está muy bien, ¿ponderas más los demás aspectos que el sexual? Porque yo no, yo pienso que podemos ser amis y que no necesitamos relacionarnos de manera sexo-afectiva, podemos crear otros vínculos y prefiero salir con alguien con quien sí tenga buena química sexual.
Si apenas estás conociendo a alguien y no hay sentimientos involucrados, ¿deberíamos intentar resolver ese detalle? No lo sé.
Como hay matices y no todo es blanco o negro. Supongo que puede que hoy no conciba una relación en la que tenga malas relaciones sexuales o me sienta insatisfecha y puede que dentro de 10 años me pase todo lo contrario. Aunque tampoco creo que tenga que ver con la edad, creo que es un tema de personalidad y experiencias y pues sólo tengo las mías.
Definitivamente la relación de cada uno con el sexo es distinta y todos estamos en nuestro derecho de pensar diferente, pero cada vez que lo hablo con personas mayores me dicen que en hay momentos, en los que es muy importante y otros en los que no lo es tanto.
Sé que si estoy enamorada de alguien y su deseo baja en algún momento por cualquier razón, no me voy a poner loca y a no entender y en ese punto valdrán más las otras cosas que el detalle sexual; pero mientras ese no sea el caso, por lo menos hoy a los 27 puedo decir que el sexo está en mis top 3 de cosas importantes de un relación.
Esta deber el texto más confuso, para ustedes y para mí. Porque no encuentro una resolución, porque veo demasiadas capas, demasiados puntos medios, demasiadas condiciones y dependes…y porque en realidad lo que quiero es conocer qué opinan ustedes. De lo que opino yo, ya tengo bastante.
Queer es un término paraguas para identidad sexual, orientación y expresión de género que busca alejarse del binario -hombre y mujer-; se comenzó a utilizar como insulto, pero que poco a poco ha sido apropiado por miembros de la comunidad LGBTIQ+ -la Q es de QUEER- para visibilizarse.
Como soy demasiado curiosa y además tengo amis demasiado precioses. Les hice algunas preguntas a dos personas queer @lineadeluz y @lucius.wtf que se expresan a través de la fotografía, maquillaje, artes y etc, para que nos expliquen un poco más sobre el tema:
Tengo 28 años. Soy Piscis Sol, Sagitario ascendente y mi luna está en Virgo. Nací en Los Ángeles, California. Soy hija de inmigrantes mexicanos de Guanajuato y Jalisco. Me mudé en 2010 a Berkeley, California para la universidad, después de graduarme en 2014 me mudé a la Ciudad de México y he vivido aquí desde entonces.
Dependiendo del contexto me puedo llegar a identificar como mujer, mujer queer o femme. La mayor parte de mi vida he expresado una feminidad bastante normalizada y he sido leída socialmente como heterosexual. En relación a mi orientación me considero pansexual y es algo que sigo explorando. Mis pronombres son «ella» y también «elle».
Me identifico como bisexual y puedes usar “él” o “ella” cuando me hablas. Creo que el género es una construcción, así que ambos o ninguno de ellos están bien para mí.
El concepto de “salir del clóset” lo he estado pensado mucho últimamente porque recientemente me acepté como queer. Como soy pansexual, mi atracción por la masculinidad junto con mi expresión de género ha encajado con expectativas sociales y se me asume heterosexual, hasta yo me asumía hetero hace unos años. Aunque he sentido atracción por la feminidad desde la adolescencia no me quedaba claro que me podían gustar más de un género…entonces no lo cuestioné. En el sentido común de “salir del clóset” lo he hecho más por acciones que todo el speech y performance de ese momento.
Como socióloga he pensado bastante en este concepto como un acto performativo que la sociedad hetero patriarcal demanda a las personas queer para seguir generando divisiones entre todos. También creo que «salir del clóset» no es un acto singular, es algo que constantemente pasa y luego hasta ni es tan activo, ya que la apariencia, creencias, etc. pueden hacerlo por ti. Desde mi perspectiva y práctica política este concepto me incomoda, porque al asumirlo se aceptan las condiciones y reglas impuestas a cuerpas y vidas disidentes y la verdad no me gusta eso. Creo que hay muchas cosas que estoy construyendo al respecto y creo que es importante contextualizar esto dentro de experiencias que no se relacionan con binarismos de hetero/gay, cis/trans. Es una idea que sigo explorando y pensando al respecto.
Mi mamá me obligó a «salir del clóset» cuando tenía 17 años. Ella entró en mi Facebook y vio las conversaciones que tenía con mi novio. Fue horrible porque ni mi familia ni yo estábamos preparados para eso. Fue muy complicado en ese momento, tenía muchos pensamientos de lastimarme, pero gracias a mis amigos, aguanté. Hoy en día la relación con mi madre es fantástica y estoy muy orgulloso de quién soy.
Mi estilo es ecléctico y versátil. Es un desafío para mí responder esta pregunta porque mi estética es tan variada y tan abierta a la interpretación que realmente depende del día y el contexto. Mi estilo es muy mío, en el sentido de que incluso si estoy usando algo que está de moda, sigue siendo muy único para mí. Crecí con una madre que es costurera, así que desde muy joven estoy muy acostumbrada a usar ropa que está hecha específicamente para mí y a mi medida. Creo que esto ha impactado mi estética general. No veo que alguien más lo use porque es ropa hecha sólo para mí, o son artículos vintage…combinaciones que otras personas no podrían lograr. Me gustan mucho las cosas extravagantes y brillantes, así que definitivamente tengo una buena cantidad de piezas llamativas en mi ropa. Creo que también puedo lograr una amplia variedad de estilos y eso me gusta mucho.
Me expreso con todo lo que pueda. Para mí, la cuerpa es un vehículo de expresión muy poderosa. Entonces desde mi corte de pelo, la ropa, maquillaje, accesorios, mis lentes, las uñas que me pongo y también mi practica artística es otra extensión de esto.
Me expreso con maquillaje. Además, compongo muchos poemas y canciones. Soy fotógrafo, siempre trato de producir imágenes. Creo que como personas LGBTIQ + siempre nos estamos expresando a través del arte o algo así, porque muchas veces no tenemos a nadie con quien hablar sobre algunos temas. Entonces, al menos para mí y mis amigos, el arte es la forma en que tenemos para expresarnos.
Siempre estoy en un proceso de explorar nuevas expresiones. Soy alguien que le gusta mucho aprender y explorar, y no me limito a un medio. Algo que me gustaría aprender es editar videos, tengo mucho contenido que podría utilizar y esta en mi lista de quehaceres.
Sí, creo que es importante estar abierto a crecer como persona y especialmente como artista, así que cualquier cosa que tenga la oportunidad de hacer, lo haré. No tengo miedo a probar cosas nuevas, creo que todos los que son LGBTIQ + no deben tener miedo, ¡debemos ser valientes!
¿Existe una diferencia de ti en “la vida real” y en social media?
Técnicamente sí, pero para mi forma de expresión, no. En social media hablo sobre los temas que hablo en la vida real y me veo de la misma forma. Para mí las redes sociales son una herramienta para extender mi expresión personal y mi forma de ser. No las veo como un pasatiempo, son una herramienta específica, que uso con fines específicos sociales, para generar redes y relaciones con personas.
Claro que la hay. Mis redes sociales son el medio que tengo para mostrar mi arte, por eso soy mucho más atrevido. En la vida real tengo que tener más cuidado por la homofobia y los peligros de ser una persona queer. Sin embargo, siempre soy bueno y hablador, así que si me ves en línea o en persona, no tengas miedo de hablar conmigo jaja.
Ha sido una simbiosis. Mi contexto ha transformado mi identidad y mi identidad mi contexto. Una cosa influye en la otra. Me estoy clavando mucho en la autodocumentación de mi identidad mediante el selfie porque creo que es una práctica de visibilidad bastante importante. Al ver gente en mi entorno, ya sea en la calle o en línea, que están siendo totalmente ellxs mismos, me da inspiración y ganas de hacerlo yo también. Esa esencia es algo tan único. Cuando ves a alguien que realmente está siendo autenticx no se puede negar, hay presencia en esa persona. Es como ver la naturaleza más innata, su alma, es algo tan hermoso. Me han halagado mucho por mi estilo y forma de ser y ha sido gente que comparte esa idea de ser uno mismx. Es tan chingón generar lazos, que reconozcan eso en ti y tú en ellxs.
Pues inspiración y referentes siempre habrá muchos. La más cercana y más especial es mi abuelita. Es una mujer totalmente creativa y artística, como yo. Borda, pinta, cose, canta, hace infinitas manualidades…y todas las vende. Realmente ha llevado su producción artística a niveles que siempre me impresionan y se ve que lo hace porque lo ama. Pero no sólo esto, es una mujer dulce, cariñosa y alegre que sin importar la vida difícil que ha tenido la ha sabido aprovechar y vivir. Ella es una inspiración para mí y realmente una fuente de orgullo porque me queda claro que vengo de una línea de mujeres creativas y poderosas.
¡Me inspiran las mujeres! Son las personas más poderosas y fuertes que existen. También tengo muchos íconos queer que amo, por ejemplo: Rupaul, Linn da Quebrada (un cantante increíble de Brasil) Michael the III y Mateus Porto (@orograph) los dos últimos son fotógrafos. Quiero decir, todos los que son lo suficientemente valientes como para vivir quiénes son sin lastimar a nadie son una inspiración para mí.
Ha sido una lucha definir lo que significa para mí expresar mi feminidad y masculinidad, no porque no esté dentro de mí ser queer, sino más bien porque he vivido la mayor parte de mi vida dentro de estos parámetros de la heteronormatividad que me han llevado a sentirme como impostora al reclamar la identidad de queer.
Desde que era joven, sin embargo, sentí que no encajaba, mis gustos siempre fueron vistos como extraños, la masculinidad a la que estaba apegada siempre tenía aspectos femeninos que a otras amigas no les gustaban y también sentí que expresaba cualidades masculinas en mi forma de ser y vestir.
Siempre disfruté mucho ir a discotecas gay porque sentía que podía bailar y cantar canciones pop increíbles con maquillaje y ropa fabulosos, pero cuando comencé a estar más en sintonía con la expresión de género y la sexualidad, comencé a notar que en los espacios gay también se reproducen muchos de los rasgos tóxicos de masculinidad y me desanimé.
Fue hasta que comencé a moverme dentro de espacios más queer que me di cuenta que este era el tipo de espacio en el que realmente podía ser yo misma.
Creo que hasta hace un par de años he podido poner en palabras correctamente mi experiencia de aprender quién soy y cómo puedo expresar esto en cada faceta de mi vida. Para mí ser queer no es solo mi orientación, para mí es un esfuerzo político y cultural muy importante presente en cada parte de mi vida. Se trata de visibilidad y de demostrar que mi queerness es válida.
Amo la pizza, el arte, el maquillaje y expresarme. Vivo en Brasil, uno de los países donde más matan a personas LGBTIQ+ en el mundo, así que para todos los que estén leyendo esto, recuerden: PUEDES HACER TODO, ERES INCREÍBLE, ERES AMADO Y ERES LA INSPIRACIÓN DE ALGUIEN EN VIDA. Además, puedes seguirme para ver todo tipo de arte queer.
Siempre hago énfasis en ser mejores personas, conocernos y explorar, también quiero hacer énfasis en la importancia de la representación. Las cosas existen cuando las nombras, por eso cuando nos sentimos mal, hablamos con alguien y hacemos el ejercicio de nombrar todo lo que nos está pasando, la sensación cambia y el peso se transforma.
Inspírate y brilla de la forma que quieras hacerlo.
Puede que desconozcas cosas que acabas de leer, pero espero que hayamos resuelto algunas dudas y que te hayamos dejado pensando en algo nuevo. Necesitamos aprender a respetar, a dejar ser y a no meternos en la vida de nadie. Amemos.