Cansadita del sexo casual

No sé cuándo exactamente, pero algunos meses atrás, borré Bumble. Lo hice porque estaba cansada de los perfiles que encontraba, cansada de invertir mi tiempo intentando conocer a alguien y sobre todo porque me sinceré conmigo misma y me había cansado del sexo casual.

A ver, yo terminé usando esta app para acostarme con personas, para saciar esta «necesidad de sexo». Sinceramente llegué al punto donde no creía conocer o encontrar nada que valiera la pena en ese lugar. Durante años me funcionó, durante años estuve bien con los ONS y con tener doce citas al mes de las cuales quizá una se volvería un date recurrente, pero poco a poco y cada vez más, me fui cansando.

Hoy digo abiertamente y sin que me quede nada por dentro que tengo mucho más que ofrecer que sexo. Durante mi vida me cosifiqué y me sexualicé, determiné mi valor por lo atractiva que me sentía y dejé que el deseo de otras personas a mi cuerpo dictaminará la buena o mala percepción que tenía de mí misma.

Creo que no he llegado a sentirme «vacía» con esos encuentros, simplemente dejaron de ser funcionales para mí. Sin embargo sí creo que estamos metidos en ese sistema de transacción, del uso y desecho, del descarte…por miedo. Nos da miedo involucrarnos, hacerlo de verdad -ya hablar de los traumas de la infancia es una conversación tan cotidiana como la que tienes con tus compañeros de oficina en el almuerzo- nos da miedo mostrar nuestra oscuridad, sentirnos vulnerables, decir que nos gusta mucho alguien o que le queremos.

La primera capa es la necesidad sexual, es saciar el afecto, el roce, el cuchareo, los mimos y los abrazos con la primera persona que se cruce, pero luego de ese momento o dos o tres, regresas a tu casa con la segunda capa sin satisfacer, sin la parte emocional, sin la parte que te hace buscar el afecto en otros, es como si arrancaras las costra que está sanando y terminas peor porque se vuelve a abrir la herida.

No soy una cosa, no quiero tratar a los demás como cosas, quiero querer y que me quieran. Quiero sentir que vivo y que duela lo que tenga que doler.

¿Por qué parece que todos quieren tener sexo con sus familiares?

Hace 10 años aproximadamente tuve un par de pesadillas en las que tenía sexo con familiares…con mi papá y con mi abuelo para ser más exacta. No eran violaciones -por lo menos no las vivía así-, pero no se sentía bien. En los sueños estaba incómoda sin entender lo que pasaba.

Me sentía mal, tuve miedo de que estuviese manifestando algo o que estuviera descubriendo algún tipo de filia.

Lo hablé con mi psicóloga, me dijo que esos sueños eran bastante comunes y que no le diera tanta importancia. Realmente no volvió a pasar y yo seguí mi vida como si nada.

Esa no era la primera vez que pensaba en el tema. Años antes -cuando todavía podía leer por placer y no porque me obligaran en la universidad- estuve leyendo unas novelas que fueron muy famosas en los 80 en las que unos hermanos siendo niños tenían relaciones y se enamoraban e incluso tenían hijos…una cosa que me hacía tener pesadillas y tuve que dejar de leer.

Desde que tengo el blog personas me han escrito para colaborar, para contarme cosas y para desahogarse…Lo curioso es que las dos personas que se han animado a escribir algo para que sea publicado han escrito sobre incesto. Una mujer me contaba en un relato erótico como estuvo por meses sexteando con un desconocido que terminó siendo su padre y cómo terminó teniendo relaciones sexuales con él. Por otro lado, un chico me contaba en un par de párrafos cómo tenía su primer encuentro sexual con su tía que se aprovechaba de él.

Ninguno de los relatos fueron publicados por motivos personales, pero no he dejado de pensar en lo común que es este tema en fantasías. Bastan un par de minutos en cualquiera de las páginas de pornografía para ver anuncios de juegos online o páginas exclusivas de incesto.

Sin embargo, según los datos anuales de Pornhub en las palabras más buscadas sólo conseguimos «madrastra»…

Las fantasías son taaaaan comunes y no son un problema cuando se mantienen como eso, sin querer ser moralista no puedo evitar sentir escalofríos al pensar en todas las violaciones y personas -infancia sobre todo- que han sido abusadas por algún familiar -la mayoría de los casos-, por lo que en mi mente este tema me causa particular conflicto.

Tengo muchas preguntas y ninguna respuesta.

El día que fui un mal polvo y no me importó

Pasó ayer. Invité a un chico de Bumble a mi casa, menor que yo, extranjero pasando sus últimos días en México.

Todo normal, conversamos, bebimos vino, nos comenzamos a besar en mi sofá, me cargó y me llevó hasta la habitación.

Las cosas iban bien, me besaba y mordía el cuello, me apretaba con fuerzas las tetas…todo prometía.

Estuvimos besándonos un buen rato, nos fuimos desvistiendo poco a poco y así ambos con ropa interior, me subí en él para frotarme un rato.

La verdad no recuerdo cuando tiempo estuvimos besándonos y tocándonos hasta que se puso el condón y me penetró, pero luego de un rato, de diferentes posiciones, de que se la chupara, me comiera, nos comiéramos a la vez, nos masturbáramos y demás…se le bajó.

Seguimos jugando, todo bien y bajo control…lo volvimos a intentar luego de unos minutos. Volví a subirme, me corrí una vez, dos veces y por primera vez en mi vida tuve un squirt – ese cuento se los echo luego-, pero este hombre nada que acababa.

Ya eran las 5 am, yo estaba muerta de cansancio, inflamada y aburrida. Me esforcé y le puse onda a la cogida, lo juro; pero ya no quería.

Así que muy tranquila y calmada, me salí y dije «voy al baño» y cuando regresé ya él se había puesto la ropa interior. Ninguno de los dos dijo nada, él no explicó, yo no pregunté, simplemente así fue. Se vistió y se fue.

Esto podría parecer una historia normal, y lo es. Pero para mí representó otra cosa. Era la primera vez que no me sentía con la responsabilidad de hacer que él eyaculara o por lo menos la primera vez que no me sentía mal porque no pasara.

Y fue liberador.

Que no hayamos hablado del tema, que no haya insistido y que no haya mostrado algún tipo de frustración me hace pensar que es algo común para él…pero yo vengo demasiado mal educada por el porno y si el hombre no acaba es casi que una derrota personal.

Por eso quería escribir esto, porque capaz para él sí fui egoísta y un mal polvo por no haber logrado e insistido en que hubiera semen en mi cara, pero yo estaba comprometida y no se logró.

Además, siendo muy honestos, nada más egoísta que el acto sexual. Ahora súmenle que éramos dos extraños que no hablan el mismo idioma y se comunican pobremente en inglés.

Igual, recuerden que siempre seremos la mejor y la peor cogida de alguien.

El orgasmo y yo

Creo que nunca he tenido un orgasmo.

Inicié mi vida sexual a los 15 años y a los 17 una prima, mayor que yo, me preguntó si ya había tenido un orgasmo. En sus palabras, ella juraba que había tenido orgasmos hasta que conoció a su novio de ese momento y se dio cuenta que todo lo que había pasado antes no lo eran.

Desde entonces mi vida sexual se basó en dudar si tenía orgasmos o no. Me obsesioné con el tema y mientras más investigaba más me frustraba. Todas esas descripciones de «una sensación que te recorre todo el cuerpo», «una pequeña muerte», «tanta sensibilidad que abruma», etc no encajaban con nada de lo que yo sentía durante el sexo o la masturbación.

Puedo comparar lo que sentí durante años -con muchísima menos frecuencia ahora- con un paseo en montaña rusa, la excitación va en aumento hasta que llega el punto más alto desde donde ves todo y justo ahí me gana la desesperación y suelo quitarme…creí que eso era lo más cercano que estaría a un orgasmo porque simplemente no me dejaba avanzar. En mi mente, era yo misma cortándome y no dejándome sentir lo suficiente.

Esto me decepcionaba porque siempre me he asumido como una persona de «mente abierta» y sin complejos en el ámbito sexual…¿cómo era posible que yo, que hablo de sexo abiertamente, que le doy tanta importancia y que quiero que todos podamos quitarle esas miles de capas innecesarias que tiene…no hubiera tenido nunca un orgasmo?

Vale aclarar que esa sensación de montaña rusa la vivía mucho más cuando estaba con parejas que cuando me masturbaba, cuando lo hacía sola me costaba muchísimo más llegar a ese punto.

No sé cómo pasó exactamente, pero desde que un chico me hizo sentir cosas diferentes con sexo oral y no me dio tiempo de quitarme ni de desesperarme por llegar, tuve mi primer acercamiento a sentir algo más. Desde entonces traté de enfocarme en conocer mi placer, en apretar mis músculos mientras me penetran y en frotarme con todo lo que pueda durante el encuentro.

Así poco a poco esa ansiedad por llegar al orgasmo fue disminuyendo y prácticamente ya no la siento, aunque sigo pensando que no tengo orgasmos. Me excito mucho, disfruto mucho, me abstraigo bastante y me tiemblan las piernas en algunas posiciones, pero realmente esa descripción del orgasmo que está en todos lados, no encaja con lo que yo siento.

Los cuerpos son distintos y es imposible que todas sintamos lo mismo, pero me cuesta dejar de pensar que nunca he tenido un orgasmo y sé que no soy la única que se siente así. Esto lo hablo con mis parejas regulares e incluso algunas de ellas me aseguran que -desde su percepción-sí tengo orgasmos porque tal o equis razón…Pero, ¿cómo saber que estoy teniendo un orgasmo si no sé cómo se siente uno?

¿Creo que tengo un problema? La verdad no. Creo que simplemente estoy muy mal educada por la pornografía y que soy una persona muy ansiosa. Si te pasa algo parecido, puedes leer sobre la anorgasmia y también ir con tu ginecóloga/o para resolver si se trata de algo físico o meramente mental.

«Vivo con vaginismo…»

Vivo con vaginismo. Es decir, los músculos que rodean mi vagina se contraen involuntariamente y me duele (se siente como un escozor, como si algo me quemara) cada vez que intento introducir cualquier objeto en ella. No puedo tener ningún tipo de penetración, ya sea para una revisión ginecológica, aplicar un tampón o tener relaciones sexuales con coito. No hay un consenso sobre sus causas, pero muchas veces se asocia a traumas o eventos psicológicos.

No obstante, también puede ser una afección meramente física, que se puede tratar como cualquier contractura. Por lo tanto, el tratamiento que se recomienda es una combinación de terapia psicológica y física.

¿Cómo lo descubrí?

Ha sido un largo camino para poder nombrar lo que me pasa y encontrar una solución. Hay mucha desinformación sobre el vaginismo, pues se ha banalizado y minimizado el dolor que experimentamos las mujeres y las personas con vulva. Además, el mito de la virginidad ha hecho que el dolor se normalice y ha puesto mucha presión en nosotras en el ámbito sexual.

Si hago memoria, yo creo que la primera señal fue una interacción sexual en donde sangré después de que una pareja introdujera sus dedos. En ese momento pensé que era normal el sangrado y el dolor, pues era virgen, entonces no le presté ninguna importancia. Sin embargo, ahora veo que en ese momento inició mi asociación entre sexo y dolor. Posteriormente, intenté tener relaciones sexuales con coito con mi pareja del momento y fue imposible. Recuerdo que empecé a sentir mucha frustración y desesperación. A cualquier costa quería deshacerme de mi “virginidad” pero a la vez cada vez era mayor el miedo al dolor.

La primera vez que en verdad me cuestioné qué era lo que estaba pasando a nivel físico, fue una ocasión que intenté usar un tampón y no pude. Todo esto ocurrió en la preparatoria y no supe cómo manejarlo, ni cómo acercarme a ayuda profesional. Me daba pena decirle a mi mamá que quería ir con una ginecóloga, pues no quería que supiera sobre mi vida sexual. Lo llegué a platicar con amigas y era verdaderamente frustrante que nadie más pasaba por eso. Las respuestas que recibía era que me relajara, que era normal que sangrara y que me doliera. Ahora sé que buscaba respuestas en los lugares equivocados. A pesar de eso creo que tuve la fortuna de tener amistades que me escuchaban aunque no tenían las respuestas.

Mientras todo esto pasaba, un día sufrí de un abuso sexual, el cual negué, pues no quería lidiar con las consecuencias. Pasaron meses y decidí que era momento de ir con una ginecóloga para saber qué era lo que me estaba pasando. La sorpresa que me llevé fue que me en ese episodio de violencia sexual me contagiaron VPH. Desafortunadamente, la ginecóloga que me dio el diagnóstico me revictimizó porque había bebido de más la noche del abuso. Esto sólo empeoró mi situación.

Debido a eso, después del tratamiento para el VPH, decidí cambiar de ginecóloga. Yo ya había investigado un poco en internet y me había topado con la palabra vaginismo, pero no fue hasta que la ginecóloga me explicó y enseñó los músculos que están contracturados, que supe verdaderamente lo que tengo. Después de descartar cualquier otra afección física, la doctora me canalizó con una sexóloga para tratarme.

Al  enterarme del diagnóstico del VPH y no saber por qué no podía tener penetración, mi relación con mi sexualidad empeoró. Sentí un gran miedo por no conocer mi vulva, por saber que estaba enferma, culpa por no haber ido a la ginecóloga antes y miedo a no poder compartir mi sexualidad con alguien nunca más. Afortunadamente, la vida me demostró que no es ni será así. Sin embargo, muchos años viví con miedo, sola y en silencio.

¿Qué fue lo más difícil?

Creo que la mayor limitante es la poca información que hay al respecto y todas las presiones que existen para que las mujeres vivamos una sexuallidad de acuerdo con el canon en donde la penetración es central. Además, la estigmatización y tabúes que existen alrededor de la sexualidad femenina, hacen que sea más difícil recurrir a ayuda profesional. Nos sentimos avergonzadas por no cumplir con el papel sexual de una mujer “normal”, es difícil que hablemos de ello. Creo que es necesario que cada vez se hable más de las disfunciones sexuales femeninas y de otras formas de llegar al placer. También es muy importante que los especialistas tengan las herramientas necesarias para apoyar a las personas, sin revictimizarlas, ejercer otras violencias y tomar en cuenta distintas vivencias.

¿Cómo ha sido con mis parejas?

Mi última pareja fue sumamente comprensiva y amorosa en el proceso. Al principio de la relación me costó mucho trabajo contarle todo, pero logramos construir la confianza e intimidad necesarias para poder hablar del tema. Sin embargo, hubo momentos en los que fue difícil, pues a pesar de que había comunicación, a mí se me dificultaba hablar de ello porque me seguía sintiendo insegura, como si no pudiera darle “algo”, a pesar de que él me dijera y demostrara que no era así. Creo que el apoyo de la pareja ayuda y acompaña pero lo más importante es seguir los procesos internos por y para una misma.

En este tema de las parejas siempre he tenido el miedo de cuándo es el mejor momento para informarle a unx potencial compañerx de mi situación. Me daba mucha ansiedad decirlo demasiado pronto y que se sacaran de onda por mi honestidad, o que fuera demasiado tarde y se crearan expectativas que no podría cumplir. La conclusión a la que he llegado es que mi condición no es más que un filtro adicional, y que la persona que quiera estar conmigo va a aceptarme y acompañarme.

Reconocer que vivo con vaginismo y que eso no me resta valor a mí ni a mis relaciones, fue muy difícil. La negación hacía más difícil que pudiera hablar de ello y que llevara a cabo un tratamiento. Una vez lo acepté, he podido escuchar a mi cuerpo y todo ha fluido con mayor facilidad. Esto lo he logrado a partir de un largo camino de desaprendizaje sobre lo que es la sexualidad.

Actualmente estoy tomando terapia psicológica una vez a la semana, mientras hago ejercicios en casa. Los ejercicios de Kegel me han servido mucho para conocer mi cuerpo y poder disociar los músculos del suelo pélvico. También ha sido muy importante conocer mi vulva, viéndome a un espejo y tocándola con mis dedos. Otro instrumento que me ha sido útil son los dilatadores vaginales, que tienen distintos tamaños y ayudan a relajar los músculos gradualmente.

Si estás pasando por algo parecido…

Te recomiendo tener  mucha paciencia y ternura contigo. Creo que a veces puede ganarnos la desesperación. El proceso de recuperación no es lineal; hay días buenos y días malos. En estos últimos lo más importante es tomarse un respiro y no presionarse, para intentarlo otro día. También algo que me ha sido muy útil es tener en mente que mi sexualidad no se limita a mi recuperación del vaginismo. Claro que quiero recuperarme, pero sólo para poder ampliar mis posibilidades en el ámbito sexual, no porque haya algo mal en mí. Recuerden que la sexualidad no es únicamente el coito.

Por otro lado, una de las primeras personas a las que leí fue a Pilar Pons. Ella tiene un libro, un podcast y un blog en donde habla del vaginismo y sus tratamientos. De igual manera, mi sexóloga me recomendó la página vaginismus.com, en donde viene mucha información sobre el tema. Recientemente una chica me compartió un manual para la dilatación que creo también está muy completo. Finalmente, creo que es bueno informarse y documentarse, pero también el internet está lleno de información que puede abrumar e información errónea. Además, cada persona es un mundo y hay cosas que le pueden funcionar a alguien y a otra persona no. Por eso, lo que recomiendo a primera instancia es buscar apoyo profesional por parte de unx ginecólogx o unx sexólogx.


Esperamos que esta información pueda llegar y ayudar a quien lo necesite, recuerda que no estás solx y que cualquier situación por la que estés pasando, también pasará. Si necesitas hablar, puedes contactarme sin ningún tipo de vergüenza.

Gracias por leer.

Mi perfil de OnlyFans

Desde que creé mi perfil en Curious Cat he recibido varias preguntas sobre si me crearé un perfil en OnlyFans o si vendería mi pack. En alguna respuesta, una lectora me dijo que debería escribir sobre OF y le respondí que tengo tal desorden en mi cabeza que no sé muy bien qué podría decir al respecto.

Por un lado, la desnudez nunca fue un tema en mi vida, es decir, crecí sabiendo que un cuerpo desnudo no tiene que ser sexual y que todes tenemos más o menos el mismo cuerpo y genitales.

En mayor o menor medida siempre me he sentido cómoda con mi cuerpo y me he gustado desnuda. Hay algo en verme a mí misma que me excita y puedo sentirme poderosa al estar desnuda como también puedo darle cero importancia al hecho.

A mis 13 todo el colegio vio mi pack porque algún compañero se lo pasó a su cel y se encargó de repartirlo. Cuando tenía 15 años, me hice una sesión de fotos en lencería de regalo para mi novia de ese momento, las imprimí y mi mamá las consiguió. Cuando ya era mayor de edad y estaba en mi siguiente relación llegué discutir con mi ex porque se dio cuenta que en mi perfil de Tumblr también subía nudes. Un par de veces subí fotos medio «pasadas de tono» a IG y tuve problemas con mi familia. Cuando tenía 22 vendía fotos de mis pies y luego ya con 25 llegué a vender nudes a través de una app llamada Oppa.

A principios de año subía fotos «anónimas» a TW hasta que comencé con el blog y mi perfil en TW empezó a funcionar como plataforma de distribución, ya con mi nombre y cara.

Digamos que toda esa comodidad con la que he vivido mi cuerpo y mi sexualidad, consiguió un propósito en este blog, conseguí algo que comunicar más allá de aprovecharme del sistema machista que nos ve como objetos.

Y ahí viene el principal problema de este quilombo mental que me cargo. Entiendo que estamos acostumbrados a ver cuerpos femeninos desnudos para vender y que las industrias macro nos han hecho creer que los cuerpos femeninos están hechos para la satisfacción masculina.

El mayor problema es el capitalismo, que vende todo, que busca lucrarse de todo y que nos ha convertido en objetos tan vendibles como la cocaína. Y sí, el sexo mueve el mundo, pero el sexo basado en la explotación, cosificación y humillación de las mujeres.

Si entendemos que el problema no es sólo un sistema económico y lo vemos como un monstruo que está dentro de nosotros y nos hace capaces de crear redes de prostitución, secuestrar mujeres y obligarlas al trabajo sexual… la verdad es que vender mis fotos desnuda no suena para nada como algo bonito.

El feminismo me ha hecho confiar en que yo y sólo yo puedo tomar decisiones sobre mi cuerpo, pero yo desde mis privilegios, yo no siendo una mujer pobre y sin estudios que se puede asombrar con la promesa de una vida mejor.

OF y plataformas del tipo, son perfectas para tener mujeres obligadas a ser objetos a cambio del mejor postor y a seguir extendiendo este problema. Sí, no todas las chicas están obligadas y secuestradas, algunas toman decisiones y siendo dueñas de sus cuerpos deciden que hacer con él.

El tema es que, realmente creo que tampoco podemos comernos al 100% el discurso del «empoderamiento» de ganar dinero por algo que hacemos de forma gratuita, ¿me explico? Porque todas estamos dentro de esta cosa horrible y gigante que nos ha tratado como cosas desde siempre.

Sí, si un día me tomo una foto y siento que me veo bien diosa es probable que la suba a TW para que algunas personas me lo digan, pero siendo muy honesta esto cada vez pierda más el sentido para mí. Porque son piropos vacíos, son cumplidos que no terminan en nada y son comentarios calientes que de verdad no me llenan de forma sustancial. Básicamente me estoy empezando a sentir igual que con el sexo casual, durante años funcionó y llenaba ciertos vacíos, pero ya no.

Creo que no me crearé un perfil en OF, tampoco creo que venda mi pack y probablemente deje de subir nudes a TW.

Si ustedes quieren subir fotos, háganlo. Hagan lo que quieran con sus cuerpos. Cuídense porque TODO lo que llega a internet no se borra nunca y puede que hoy esté todo ok, pero existe la posibilidad de que en un par de años lleguen consecuencias.

El cumpleaños de Emmanuel

Fuimos un grupo de 5 amigos a un bar nuevo en la ciudad que Emmanuel, el cumpleañero, quería conocer. Nos sentamos en una mesa que estaba justo en la entrada y al lado de la barra, pedimos cócteles para todos y algunas entradas para compartir. Llegamos a las 9 y estuvimos fácilmente hasta las 3 am allí.

Era una salida como las de siempre, mucho alcohol, muchas risas y muchos cuentos. El lugar era realmente pequeño y para llegar a los baños desde donde estábamos sentados básicamente teníamos que pasar por un mini pasillo del largo de la barra y llegar al fondo donde había unas tres mesas y los baños.

Eso hice unas 5 veces en las 6 horas que estuvimos allí. Repito, era una noche cualquiera hasta que me pedí un trago directamente en la barra y no desde nuestra mesa. Una pareja estaba a mi lado, me hablaron en inglés, me preguntaron de dónde era y me dijeron que estaba guapa. Yo sonreí, respondí, pregunté lo mismo, tomé mi trago y me fui a sentar con mis amigos.

La verdad los dos me atrajeron, mucho más ella que él, además me habían dicho que eran de Rusia y perdón, pero nunca en la vida una rusa me había hecho un cumplido.

Yo estaba borracha y muy en mood de festejar el cumpleaños de mi amigo, por eso no le di importancia a lo que acababa de suceder. Pasó una hora o dos máximo, cuando ellos se fueron y me pidieron mi número. Minutos después ya estaba en un grupo de Whatsapp con ambos, intercambiamos un par de palabras y me dijeron que me escribirían al día siguiente.

Al día siguiente recibí un mensaje de ella, diciendo que les encantaría conocerme, luego él me explicó que estaban juntos desde hace tres años, pero que hacían swinger y muchas veces se veían con chicas. Todo muy respetuoso, directo y bonito. Intercambiamos fotos, nos contamos experiencias, estuvimos más de dos semanas hablando hasta que finalmente nos volvimos a ver.

La cita fue en un café, para este punto ya habíamos hablado y enviado fotos de casi todo. Esta vez me contaron de otras dos amigas, las dos extranjeras también con quienes se veían de vez en cuando, me mostraron fotos y me propusieron vernos ese viernes los 5 en su casa.

La propuesta sonaba increíble y para hacernos la espera más divertida estuvimos los días previos al viernes enviándonos fotos, audios, videos y cuanta cosa nos diera más ganas de las que ya los 5 teníamos.

Llegué muerta de frío y puntual, como siempre. Me sirvieron una copa de vino tinto y nos sentamos en la sala a esperar a las chicas que tardaron poco menos de 10 minutos en llegar.

Nos presentaron y directamente nos saludamos con un beso en la boca. Yo estaba emocionada, con muchísimas expectativas y también nerviosa porque era la primera vez que estaba con tantas personas a la vez.

Ellos tampoco habían estado los 4 juntos, entonces el mood era más o menos el mismo en todos.

Las primeras veces casi siempre son raras y malas, pero por eso soy tan fan de los tríos con parejas ya establecidas porque ya saben bien qué les gusta y en realidad me dan mucha atención por ser el elemento nuevo, aunque esta vez era distinta porque no era un trío.

Fui con las chica a buscar más vino, mientras la pareja seguía en el sillón, ya ella estaba sobre él, se besaban lentamente y él poco a poco metía sus manos debajo de su blusa. Nosotras veíamos todo, nos estaban calentando y así me acerqué a una para besarla mientras mis manos ya apretaban los senos de la otra.

Aquí todo se vuelve un poco confuso porque manos iban y venían y yo trataba de tocar todo lo que podía también, mientras sorbía de vez en cuando un poco de vino. Las tres estuvimos algunos minutos en la cocina, cuando me percaté los otros dos ya estaban cogiendo y ninguna de nosotras tenía ropa.

Nos fuimos al sofá que era lo suficientemente grande como para que entraramos 10 y ahí fue mi turno de estar con él, me puse en cuatro y comencé a chupársela, mientras su novia me hacía sexo oral y las dos chicas jugaban a nuestro lado. Él y una de las chicas intercambiaron lugar y pasó a cogerme en 4 en el piso para luego subirme al sofá mientras me seguía dando.

A nuestro lado las 3 estaban jugando y comiéndose todas, todos nos besábamos y de vez en cuando yo lograba mover mi mano por alguno de los cuerpos, mientras era penetrada, nalgueada y acariciada por un montón de manos.

Después de mí, vino una de las amigas. Ella se sentó sobre él mientras se besaban y luego se dio la vuelta para que se la metiera por el culo.

Yo estaba extasiada en el medio de los cuatro. Desde ahí podía verlos, manosearlos y escucharlos.

Disfruté un par de minutos del espectáculo y luego me uní a las chicas para jugar un rato las tres. Así pasé a darles sexo oral y placer con mis dedos.

De vez en cuando alguno se paraba, servía vino y veía desde la cocina todo lo que estaba ocurriendo y aunque los recuerdos que tengo de esa noche están bastante borrosos, no he olvidado los gemidos, gritos y sabores. Mis piernas no daban más y todos estábamos muy felices, riéndonos y dándonos un poco de amor postcoito, de ese que incluye lamidas para limpiar el sudor y los fluidos.

Finalmente pasé al baño, los dejé afuera conversando, regresé y así de uno en uno nos fuimos vistiendo para regresar a nuestras casas.

No nos volvimos a ver los 5, pero una que otra vez me veía con la pareja y también con una de las chicas.

Emmanuel nunca se enteró de lo que causo al escoger ese barcito para celebrar su cumpleaños y yo nunca más he vuelto a tener sexo grupal.

Sexo oral…y menstruación

Soy fan de tener relaciones sexuales cuando tengo la menstruación. Me encanta porque estoy más sensible y eso hace que sienta todo con mucha más intensidad y también porque durante esos días suelo tener un poquito más ganas de las normales, pero todavía no me atrevo a que me hagan sexo oral en esos encuentros.

Hace varios años estuve saliendo con alguien y en una ocasión me propuso hacerlo, la verdad es que no sé qué pasaba conmigo ese día, pero no andaba muy experimental y preferí pasar.

Luego de él nadie más me ha propuesto hacer el «beso del payaso» -tampoco lo he pedido-, pero nosotros seguimos en contacto y quise preguntarle algunas cositas al respecto:

¿Cómo te diste cuenta que te gusta hacerlo?

En mi primera relación seria, tenía 18 años y pues estaba muy enamorado de la persona con la que andaba. Un día me dijo que estaba menstruando y me preguntó qué tan cómodo me sentía yo con tener relaciones en esas condiciones. Yo nunca lo había hecho y decidí probar.

Fue increíble.

El olor, la textura, el tacto de piel con piel. Me pareció impresionante y desde ese momento siempre que había regla lo hacíamos sin ningún problema.

Cuando esa relación terminó, yo seguí haciéndolo con otras personas, no con todo el mundo, claro, por un tema de higiene y de tiempo también. Pero cuando encontraba a alguien con quien podía estar seguro pues lo hacía y lo hablaba sin ningún problema.

Algunas mujeres se sorprendían de que me gustara hacerlo, pero entendí que su sorpresa no es porque a ellas no les gustara sino porque estaban acostumbradas a hombres que rechazaban tener sexo con regla. He hablado el tema con mis amigos cercanos y creo que a pocos les gusta tener sexo durante la menstruación.

¿Qué es exactamente lo que te gusta?

Me gustan muchas cosas, físicas e intangibles. Es decir, para mi hacer sexo con la regla te lleva a otro nivel de confianza.

Te llenas de la sangre de otra persona y esa persona al mismo tiempo te ve todo ensangrentado disfrutando y creo que hay algo especial ahí. Me gusta la textura, el olor que es super fuerte y especialmente me gusta llenarme la cara de la sangre. No quiero decir con esto que me gusta morder a alguien hasta sacarle sangre, no tengo complejo de vampiro, es especialmente la sangre de la regla la que me gusta.

Y cuando hablo de lo intangible pues creo que en la menstruación hay parte de la esencia de la persona, entonces que alguien te quiera dar un poco de eso, sin duda es importante.

Me gusta mucho hacer sexo oral con la regla, puedo pasar una hora ahí sin problemas. También jugar con los dedos pues se llega muy profundo y se mezclan los fluidos. Pocas veces he tenido sexo sin condón con la regla, pero las veces que lo he hecho también he disfrutado mucho. 

¿Cómo lo propones a tus parejas?

Soy bastante claro con este tema, de hecho. Trato de no sacarlo en el primer encuentro porque siento que puede asustar un poco a la persona, pero sin duda es algo que sale pronto cuando hablamos de sexo.

Yo comunico que a mí me gusta esto y le pregunto a la otra persona si le gusta. Muchas veces he tenido conversaciones profundas en torno a este tema y, como te dije, veo que hay mujeres que lo disfrutan muchísimo, pero que se acostumbraron a no hacer nada porque el hombre solía rechazarlo.

También pregunto sobre el dolor, entiendo que hay días en los que la zona está mucho más sensible y pues no provoca tener sexo, pero eso depende cada persona. 

¿Mejor/peor experiencia?

La mejor experiencia fue con una pareja con quien ya tenía casi un año, en un hotel y decidimos hacerlo con la regla y sin preservativo. Fue bastante desastroso el tema de la sangre, pero estábamos muy conectados y acabamos casi al mismo tiempo…entonces mi semen se mezcló con su sangre y fue bastante especial el momento. 

La peor experiencia, no sé, creo que no he tenido malas experiencias con este tema. Salvo manchar el colchón y pues tener que pasar un rato largo limpiando eso, jaja. 

¿Tuviste que investigar?

Sí, en un principio leí sobre el tema y descubrí un montón de cosas: como que las mujeres usaban su sangre para curarse de algunas enfermedades en la antigüedad. Incluso la ponían en bebidas para aprovechar «las propiedades curativas» y que justamente a esas mujeres las llamaban brujas, cosa bastante lamentable.

También el tema de la higiene fue importante, investigué bastante para evitar la posibilidad de contraer enfermedades o de tener algún tipo de molestia luego.

¿Te sentiste “raro” en algún momento?

Sí, todavía me siento raro sobre este tema. De hecho la primera expresión que recibo de una mujer cuando se habla del tema es como de sorpresa e incredulidad, como si fuera algo imposible, jaja. Pero como te digo. Lo entiendo porque veo que muchos hombres rechazan esta práctica. Aunque me sienta raro no me siento incómodo ni nada, es solo saber que me gusta algo que quizá no es tan habitual. 

Y lo más importante es hablar con la persona para que esta sepa que la opción existe y que no la descarte sólo por sus experiencias pasadas. 


Es casualidad que esta entrada haya salido justo después de la pasada en la que hablamos del cunnilingus, pero creo que soy tan YOLO en la vida que sólo les quiero decir que prueben todo lo que les llame la atención MIENTRAS sea consensuado, no le hagan daño a nadie y se cuiden de ETS.

Estoy ansiosa de leer sus comentarios y experiencias al respecto.

👅🩸🤡🔥

¿Por qué a los hombres no les gusta dar sexo oral?

Hace unos 5 años conversando con una de mis mejores amigas, me preguntó si yo les pedía a los hombres que me hicieran oral porque ninguna de sus parejas se lo había hecho y ella no entendía por qué.

La verdad es que hasta ese momento no había escuchado nunca de ese «fenómeno», pero comencé a prestarle más atención al asunto y encontré que muchas mujeres se quejaban de lo mismo.

Según un estudio hecho en EE.UU. sólo el 35% de los hombres millennials heterosexuales hacen sexo oral. Por otro lado, 14% de 18 a 22 años «no lo consideran necesario» y casi un 50% de 18 a 27 años de edad dicen sentirse más cómodos con el sexo que con el cunnilingus, porcentaje que se reduce a 32% entre los 28 y 32 años.

Yo estuve preguntando y obtuve distintas respuestas:

1) Olor, sabor, textura y aspecto

Estas fueron sin duda las respuesta más comunes. Algunos también mencionaron los vellos como parte del problema.

La verdad es que la vulva es una zona complicada porque es húmeda, oscura y propensa a infecciones. Nuestro PH va cambiando constantemente a lo largo del mes, por eso, ninguna sabe o huele igual todo el tiempo. Además, así como en el sabor del semen, la alimentación también influye en el sabor del flujo.

 «A mí me ha pasado en no más de 3 ocasiones que ha sido la higiene o cierto olor que según yo tiene que ver con la orina».

Como les dije el olor y sabor varía entre una y otra y también en una misma mujer, por ejemplo si nuestra menstruación está por comenzar o terminando, el sabor es mucho más fuerte y cuando ovulamos podemos tener el flujo más espeso.

Otra realidad, es que hay miles de productos de higiene femenina -dañinos, btw- que intenta «ocultar» el olor natural y por eso muchas personas tienden a asociar el olor o los vellos con mala higiene. Las vulvas huelen y tienen vellos, todo lo demás es decisión de cada quién.

Hay olores «normales» que no tienen que ver con poca limpieza -los penes también saben y huelen- y hay otros que tienen que sí tienen que ver con la higiene -no me hagan hablar del esmegma, por favor-.

Lo recomendable y necesario, según yo, es bañarse antes y después de tener relaciones, así nadie se lleva sorpresas.

Pero seamos conscientes si tienen toda la noche bailando, yendo al baño de un bar y luego se van a coger AMBOS van a saber y a oler…Entonces mejor báñense o limpien sus partes. Tampoco olvidemos que somos animales y que hay olores que nos gustan y otros que no por puro instinto animal. Hay sudores que nos excitan y otros son un gran turn off.

Sobre el aspecto, pues esto ni cómo hacerle jaja. Lamentablemente para todos, crecemos viendo genitales de cierto aspecto en la pornografía y es normal que desarrollemos gustos por algo en específico. Nada es obligatorio y el consenso es nuestra palabra favorita, si no te provoca hacerlo; nada te obliga, pero tampoco espere que te lo hagan a ti.

2) No saber cómo hacerlo

«Creo es muy común en nosotros los hombres que no sabemos hacerlo… O creemos saber cómo hacerlo y resulta que nuestra pareja no tiene placer y se quita sutilmente…Vaya no practicamos, no sabemos…ignorancia pues».

Sobre estos comentarios, que fueron bastantes, llegué a tres conclusiones:

¿Cuántas felaciones y cunnilingus vemos en un video porno cualquiera? La diferencia es muchísima. Eso explica porque es mucho más habitual que las mujeres hagamos sexo oral que los hombres, de igual forma estamos mucho más expuestas a «aprender cómo hacerlo».

¿Cuántas de nosotras sabemos cómo nos gusta o lo comunicamos? Yo soy un caso muy claro de esto, sólo un hombre me ha comido de la forma que me gusta y por más que intenté entender qué era lo que hacía, la verdad es que no logré descifrar los movimientos y él tampoco me supo explicar. Hay cosas que sí tengo definidas y que no tengo problema en pedirlas en ese momento, pero creo que necesito mucha práctica con una pareja para que ambos descubramos realmente cómo me gusta.

«A mí me encanta darle oral a las mujeres, pero todas las que me han tocado casi no les gusta».

Ese es mi caso, pero sé que hay chicas que no se sienten cómodas pidiendo o que incluso llegan a sentir vergüenza del acto en sí 😔. -Amigas, de nuevo, no hay nada que las obligue a experimentar prácticas, pero nunca se queden con las ganas por pena, por creencias impuestas o por cualquier cosa que no sea su decisión-.

Puede que no lo pidan o que digan que no les gusta porque nadie se los ha hecho bien...Así de triste. Alguna vez un amigo me dijo que «no hay mamada mala» y eso no podría estar más alejado de la realidad de las mujeres.

La verdad es que un cunni mal hecho puede sacar del mood demasiado rápido y como me dijo una chica en las respuestas «prefiero que no lo hagan, a algo mal hecho.» (Vieron que la solución siempre termina siendo la comunicación y práctica 😛).

3) Michael Douglas

Ya sé que esto suena muy raro, pero resulta que en 2010 Michael Douglas dijo que tenía cáncer de garganta y un par de años después dijo que había sido por dar sexo oral a una mujer con VPH -aunque igual Douglas fumaba y bebía alcohol- y muchos hombres quedaron traumatizados con esas declaraciones.

«Me sugestioné y después al tener la oportunidad de dar sexo oral, viene a mi mente el buen Michael Douglas desaprobándome».

¿Cómo pasa esto?

Esto es educación sexual básica, pero yo soy fan de hablar de la importancia de cuidarnos de las ETS 🤓 y les voy a contar algunas cositas importantes:

-Hay más de 100 de tipos de VPH, algunos causan verrugas o síntomas visibles y muchos otros no.

-La mayoría de los hombres son completamente asintomáticos.

-Si eres mujer el VPH se detecta con el papanicolau, citología y colposcopia.

-Si eres hombre no hay una prueba específica para el VPH, pero siempre puedes hacerte estudios como el TORCHS.

-El VPH no tratado es la causa más común de cáncer de cuello uterino, pero puede causar también cáncer oral, de garganta, ano, pene y vagina.

-Existe una vacuna contra el VPH que se debe colocar cuando todavía somos niños.

-La mayoría de las personas tendremos VPH en algún momento y es muy probable que nuestro cuerpo lo elimine solito.

4) Sexo casual

«No me gusta dar oral cuando es sexo casual por temor a contraer algo».

Pues esto es claro como el agua, no deberíamos tener relaciones sexuales sin protección y menos si son casuales. Eso incluye el sexo oral. Con los hombres, es más fácil porque siempre puedes chuparla con condón, pero lamentablemente los condones femeninos son prácticamente igual de mitológicos que los unicornios, entonces eso lo complica un poco más.

5) Desinterés o falta de ganas

«Amigos me han platicado de casos en los que simplemente no les interesa hacerlo, no les preocupa el placer de su pareja y les da flojera».

Aquí no tengo mucho que decir *tos*machismo*tos*.

El sexo es un acto egoísta, sí, pero sí ya estamos en el momento y en el mood no nos cuesta nada preguntar o intentar que el otro se sienta bien o la pase mejor, ¿no?

6) Porque no les gusta

«Yo sólo lo hago por complacer a la mujer, pero en sí, no me gusta hacerlo. No me gusta el sabor ni la textura que siento al chupar»

Estas fueron la menor cantidad de respuestas. En plan tajante, «no lo hago bajo ninguna condición porque realmente no me gusta» o «lo hago por complacer porque no lo disfruto».

Y de nuevo, todo consensuado nada por obligación.


Me alegró saber que muchos de los que contestaron dicen no tener problemas con tampoco recibir sexo oral y otros llegaron a decir que prefieren dar que recibir.

Hay que comunicarnos con los otros y hay que cuidarnos de ETS…hay que tratar de vivir nuestra sexualidad de forma plena y segura. Entendamos que todos somos distintos y que hay cosas que funcionan para unos y para otros nada que ver. El sexo siempre debe ser con consentimiento y no por ninguna obligación.

Mi primera vez

«¿Qué es la virginidad?», «¿Cómo debe ser mi primera vez?», «¡Obvio debe ser especial!», «¡Qué miedo la sangre!»…Existen miles de mitos alrededor de este tema y ya estamos grandecitos para seguir repitiéndolos.

«Perder la virginidad» se entiende como la primera penetración vaginal, penetración con pene. Ya por ahí estamos mal porque la virginidad no existe y porque, por ejemplo, yo la «perdí» con una mujer, bueno con una adolescente porque las dos éramos menores de edad.

Es decir, las personas con vulvas se pueden meter dentro muchas cosas antes que un pene y pueden vivir toda su vida sin nunca ser penetradas por uno 🙂.

El tema de la virginidad – de verdad no quiero hablar de lo jodidamente opresor que este concepto- es que existe el himen, que es una delgada «telita» que la mayoría de la vaginas tienen.

La ciencia no sabe muy bien para que sirve, e incluso se le compara con el apéndice o las cordales que por la evolución hemos ido perdiendo como especie.

El himen es elástico y se puede romper fácilmente, sin causar dolor o sangrado, evidentemente todos los cuerpos son distintos. En mi caso, tuve que experimentar un par de veces con los dedos de mi novia para dejar de sangrar y de sentir «raro».

Cuando eres una niña que crece escuchando en todos lados que la primera vez debe ser especial, que tu cuerpo es un templo, que te debes «reservar» para el hombre indicado, que pierdes valor si te acuestas con muchos, que se te hacen anchas las caderas para que puedas parir, etc…Hay demasiada presión en el asunto y una vez más no enfocamos en tooodo, menos en lo que realmente importa que debe ser disfrutar, conectar y experimentar.

Mi primera vez fue a los 15 con quien fue mi novia por 4 años, tengo una amiga que se casó a los 18 porque no se permitía tener sexo antes del matrimonio, tengo otra amiga que cogió por primer vez a sus 26 y la lista es infinita.

Cada experiencia es única y mientras tú decidas qué hacer con tu cuerpo, que les den a todos los demás.