Cansadita del sexo casual

No sé cuándo exactamente, pero algunos meses atrás, borré Bumble. Lo hice porque estaba cansada de los perfiles que encontraba, cansada de invertir mi tiempo intentando conocer a alguien y sobre todo porque me sinceré conmigo misma y me había cansado del sexo casual.

A ver, yo terminé usando esta app para acostarme con personas, para saciar esta «necesidad de sexo». Sinceramente llegué al punto donde no creía conocer o encontrar nada que valiera la pena en ese lugar. Durante años me funcionó, durante años estuve bien con los ONS y con tener doce citas al mes de las cuales quizá una se volvería un date recurrente, pero poco a poco y cada vez más, me fui cansando.

Hoy digo abiertamente y sin que me quede nada por dentro que tengo mucho más que ofrecer que sexo. Durante mi vida me cosifiqué y me sexualicé, determiné mi valor por lo atractiva que me sentía y dejé que el deseo de otras personas a mi cuerpo dictaminará la buena o mala percepción que tenía de mí misma.

Creo que no he llegado a sentirme «vacía» con esos encuentros, simplemente dejaron de ser funcionales para mí. Sin embargo sí creo que estamos metidos en ese sistema de transacción, del uso y desecho, del descarte…por miedo. Nos da miedo involucrarnos, hacerlo de verdad -ya hablar de los traumas de la infancia es una conversación tan cotidiana como la que tienes con tus compañeros de oficina en el almuerzo- nos da miedo mostrar nuestra oscuridad, sentirnos vulnerables, decir que nos gusta mucho alguien o que le queremos.

La primera capa es la necesidad sexual, es saciar el afecto, el roce, el cuchareo, los mimos y los abrazos con la primera persona que se cruce, pero luego de ese momento o dos o tres, regresas a tu casa con la segunda capa sin satisfacer, sin la parte emocional, sin la parte que te hace buscar el afecto en otros, es como si arrancaras las costra que está sanando y terminas peor porque se vuelve a abrir la herida.

No soy una cosa, no quiero tratar a los demás como cosas, quiero querer y que me quieran. Quiero sentir que vivo y que duela lo que tenga que doler.

El amor existe y son las amigas

Ok, tengo mucho tiempo sin escribir y encontré la excusa perfecta para hacerlo: ahora tengo 30 años. Según yo eso no significa nada, pero me empeciné en que era una buena razón para retomar el hábito. Por ahora empezaré con ese bello tema que es una de mis frases más repetidas cuando estoy borracha: el amor existe y son las amigas.

Me gusta pensar en mí como la tía solterona de los gatos pero cooler. No tengo gatos, sí un montón de sobrinos y también mucho rato soltera, aunque mi psicóloga diga lo contrario, y por muuuuucho tiempo añoré compañía masculina de manera romántica, sin embargo creo que TODO lo que quiero de un novio, lo tengo con mis amigas.

Lo único que mis amigas no pueden llenar es la parte sexual, pero para eso tengo amigos jaja. Es decir, esa pareja, ese vínculo romántico, tiene que ser mi amigo antes que cualquier otra cosa, pero ese no es el punto de esta entrada.

Con mis amigas puedo pasar un domingo de bajón, escuchando música y comiendo comida chatarra. Con ellas puedo ir a clases de twerk y luego hacer sesiones en casa para vernos perreando y animarnos a hacerlo sin vergüenza. Podemos pasar todo el día dormitando, abrazándonos, mientras vemos películas y nos damos besitos en la cabeza.

Con Lucía puedo estar en un espacio de 3×3 cada una trabajando en silencio y por momentos gritar a todo pulmón el coro de alguna canción que su algoritmo de Spotify reproduzca. Con Mariela puedo cantar y bailar en la calle sin que me dé pena qué opinan los demás y también sé que puede robarse una toalla para que nos sentemos en la orilla del mar y yo servilletas para que se suene la nariz y calme su alergia. Con Patricia puedo alocarme con recetas porque como no cocina, todo lo que hago le parece delicioso y me lo aplaude. A casa de Patricia voy cuando quiero acariciar gatitos, hacer yoga y distraerme con luces en el cielo. Y con Jimena puedo hablar de lo que sea porque siempre tiene un punto de vista distinto, me dice lo que piensa sin chistar y es el mejor hombro sobre el cual llorar.

Hay muchas razones por las que mis amigas son lo mejor que me ha pasado. Ellas me han ayudado a conocerme, he conseguido paz y estabilidad gracias a su compañía, hemos reído hasta llorar, me acompañan cuando quiero probar el kangoo o cuando quiero conocer un bar nuevo en la ciudad.

No dejan de sorprenderme y amo que podamos crecer juntas.

Sólo basta con mirar atrás y darme cuenta que hace 6 años Penélope y yo trabajábamos en una oficina en Polanco, íbamos a empedar todos los viernes y hablábamos de los novios o de los ligues de una noche. Hoy, cada una está en otro lugar, en otro trabajo y hablamos de los intereses del banco. O pensar en Fran a quien conocí cuando tenía 28 y que la temática de sus 30 fueron unicornios…ahora yo soy la que tiene 30 y ella una beba preciosa.

Mis amigas: una vive en una casa con jardín y perrito, otra está viviendo sola por primera vez y me permite acompañarla en esta etapa importante, una me escribe para pedirme consejos y me recuerda todas las veces que llamé a Fran llorando o simplemente para preguntarle qué haría ella en mi lugar.

Hoy tengo la vida que quiero porque la comparto con mujeres que admiro y que me hacen sentir diariamente en cada mensaje, cada beso y cada meme compartido que soy valiosa, que soy querida, que aporto y que soy importante porque las ayudo a crecer como ellas a mí.

El día que fui un mal polvo y no me importó

Pasó ayer. Invité a un chico de Bumble a mi casa, menor que yo, extranjero pasando sus últimos días en México.

Todo normal, conversamos, bebimos vino, nos comenzamos a besar en mi sofá, me cargó y me llevó hasta la habitación.

Las cosas iban bien, me besaba y mordía el cuello, me apretaba con fuerzas las tetas…todo prometía.

Estuvimos besándonos un buen rato, nos fuimos desvistiendo poco a poco y así ambos con ropa interior, me subí en él para frotarme un rato.

La verdad no recuerdo cuando tiempo estuvimos besándonos y tocándonos hasta que se puso el condón y me penetró, pero luego de un rato, de diferentes posiciones, de que se la chupara, me comiera, nos comiéramos a la vez, nos masturbáramos y demás…se le bajó.

Seguimos jugando, todo bien y bajo control…lo volvimos a intentar luego de unos minutos. Volví a subirme, me corrí una vez, dos veces y por primera vez en mi vida tuve un squirt – ese cuento se los echo luego-, pero este hombre nada que acababa.

Ya eran las 5 am, yo estaba muerta de cansancio, inflamada y aburrida. Me esforcé y le puse onda a la cogida, lo juro; pero ya no quería.

Así que muy tranquila y calmada, me salí y dije «voy al baño» y cuando regresé ya él se había puesto la ropa interior. Ninguno de los dos dijo nada, él no explicó, yo no pregunté, simplemente así fue. Se vistió y se fue.

Esto podría parecer una historia normal, y lo es. Pero para mí representó otra cosa. Era la primera vez que no me sentía con la responsabilidad de hacer que él eyaculara o por lo menos la primera vez que no me sentía mal porque no pasara.

Y fue liberador.

Que no hayamos hablado del tema, que no haya insistido y que no haya mostrado algún tipo de frustración me hace pensar que es algo común para él…pero yo vengo demasiado mal educada por el porno y si el hombre no acaba es casi que una derrota personal.

Por eso quería escribir esto, porque capaz para él sí fui egoísta y un mal polvo por no haber logrado e insistido en que hubiera semen en mi cara, pero yo estaba comprometida y no se logró.

Además, siendo muy honestos, nada más egoísta que el acto sexual. Ahora súmenle que éramos dos extraños que no hablan el mismo idioma y se comunican pobremente en inglés.

Igual, recuerden que siempre seremos la mejor y la peor cogida de alguien.

Mi novio está conmigo para pasar el tiempo

Sabrán disculpar que esté monotemática con esto de la soltería , pero desde que a mis 21 años mi exnovio venezolano decidió que no quería estar conmigo, luego de varios intentos de relaciones, otros de obtener cariño mediante sexo y más…Ahora cuando recién estoy comenzando una relación nueva y estoy enamorada por primera vez en 1234567890 años…me están pasando cosas.

Me da miedo que mi novio no me quiera y sólo esté conmigo para pasar el rato. Ajá, así me siento y sé que son mis inseguridades y el síndrome del impostor a todo lo que dan.

Pero como soy experta en creer que las cosas buenas me pasan por suerte y las malas porque me las merezco y «siempre me pasan», no he logrado dejar de creer que mi relación es una simulación y en medio de este tornado de sentimientos tristes, llegó a mí el audio de una buena amiga con las palabras que necesitaba escuchar, que guardaré para siempre y que espero que le sirvan a alguien más:

«Te lo voy a decir así: dejate de joder. No pienses en eso, o sea, obviamente que uno siempre necesita que le demuestren que lo quieren y quieres que te diga que sos ideal para él, pero no. Capaz que justamente tenía otras relaciones, pero en ese momento le gustaban y ahora quiere algo diferente, o te quiere a pesar de eso, o capaz que sí está porque ahora es lo que tiene y está bien así y listo.

No te tenés que cuestionar si sos el amor de su vida o si van a estar mil años juntos. No, es tipo «bueno, ahora lo pasas bien, ahora estás bien, ahora te sentís cómoda, te gusta estar con él…» Bueno, buenísimo, genial.

Obvio todos vamos a tener nuestras inseguridades respecto a uno y respecto al otro. De «ay, no será que se aburrirá de mí», «ay, no será que le empezará a gustar otra»…Y sí, puede pasar, como también te puede pasar a vos.

Obviamente que hay veces que hay relaciones en donde se nota que uno está mucho más enganchado o enamorado que el otro. A veces es por la personalidad y a veces se da. Pero para mí no tiene sentido que te cuestiones esto y menos que te compares con lo que crees que a él le gusta, o estuvo, o las cosas que a él le gustan y qué vos sos…porque no tiene sentido. Y no te hagas la gran de «ay no, ya veo que él me quiere sólo porque no tiene otra cosa que hacer; entonces esto se va a terminar y chau» y cuando te estás enganchando en serio, cuando estás creando una relación en serio; ya te la autoboicoteás…

Así que te diría que no pienses en eso. No le des demasiadas vueltas. Enfocate en todo lo que tenés que pensar, en focalizar en la energía y tratar de disfrutar de tu relación dure lo que dure sea lo que sea y ya está.»

Gracias, Fran, por esto y por todo. Te adoro infinito.

También gracias a ti, bebé, por aguantarme y por amarme como lo has hecho. Te amo.

El orgasmo y yo

Creo que nunca he tenido un orgasmo.

Inicié mi vida sexual a los 15 años y a los 17 una prima, mayor que yo, me preguntó si ya había tenido un orgasmo. En sus palabras, ella juraba que había tenido orgasmos hasta que conoció a su novio de ese momento y se dio cuenta que todo lo que había pasado antes no lo eran.

Desde entonces mi vida sexual se basó en dudar si tenía orgasmos o no. Me obsesioné con el tema y mientras más investigaba más me frustraba. Todas esas descripciones de «una sensación que te recorre todo el cuerpo», «una pequeña muerte», «tanta sensibilidad que abruma», etc no encajaban con nada de lo que yo sentía durante el sexo o la masturbación.

Puedo comparar lo que sentí durante años -con muchísima menos frecuencia ahora- con un paseo en montaña rusa, la excitación va en aumento hasta que llega el punto más alto desde donde ves todo y justo ahí me gana la desesperación y suelo quitarme…creí que eso era lo más cercano que estaría a un orgasmo porque simplemente no me dejaba avanzar. En mi mente, era yo misma cortándome y no dejándome sentir lo suficiente.

Esto me decepcionaba porque siempre me he asumido como una persona de «mente abierta» y sin complejos en el ámbito sexual…¿cómo era posible que yo, que hablo de sexo abiertamente, que le doy tanta importancia y que quiero que todos podamos quitarle esas miles de capas innecesarias que tiene…no hubiera tenido nunca un orgasmo?

Vale aclarar que esa sensación de montaña rusa la vivía mucho más cuando estaba con parejas que cuando me masturbaba, cuando lo hacía sola me costaba muchísimo más llegar a ese punto.

No sé cómo pasó exactamente, pero desde que un chico me hizo sentir cosas diferentes con sexo oral y no me dio tiempo de quitarme ni de desesperarme por llegar, tuve mi primer acercamiento a sentir algo más. Desde entonces traté de enfocarme en conocer mi placer, en apretar mis músculos mientras me penetran y en frotarme con todo lo que pueda durante el encuentro.

Así poco a poco esa ansiedad por llegar al orgasmo fue disminuyendo y prácticamente ya no la siento, aunque sigo pensando que no tengo orgasmos. Me excito mucho, disfruto mucho, me abstraigo bastante y me tiemblan las piernas en algunas posiciones, pero realmente esa descripción del orgasmo que está en todos lados, no encaja con lo que yo siento.

Los cuerpos son distintos y es imposible que todas sintamos lo mismo, pero me cuesta dejar de pensar que nunca he tenido un orgasmo y sé que no soy la única que se siente así. Esto lo hablo con mis parejas regulares e incluso algunas de ellas me aseguran que -desde su percepción-sí tengo orgasmos porque tal o equis razón…Pero, ¿cómo saber que estoy teniendo un orgasmo si no sé cómo se siente uno?

¿Creo que tengo un problema? La verdad no. Creo que simplemente estoy muy mal educada por la pornografía y que soy una persona muy ansiosa. Si te pasa algo parecido, puedes leer sobre la anorgasmia y también ir con tu ginecóloga/o para resolver si se trata de algo físico o meramente mental.

«Vivo con vaginismo…»

Vivo con vaginismo. Es decir, los músculos que rodean mi vagina se contraen involuntariamente y me duele (se siente como un escozor, como si algo me quemara) cada vez que intento introducir cualquier objeto en ella. No puedo tener ningún tipo de penetración, ya sea para una revisión ginecológica, aplicar un tampón o tener relaciones sexuales con coito. No hay un consenso sobre sus causas, pero muchas veces se asocia a traumas o eventos psicológicos.

No obstante, también puede ser una afección meramente física, que se puede tratar como cualquier contractura. Por lo tanto, el tratamiento que se recomienda es una combinación de terapia psicológica y física.

¿Cómo lo descubrí?

Ha sido un largo camino para poder nombrar lo que me pasa y encontrar una solución. Hay mucha desinformación sobre el vaginismo, pues se ha banalizado y minimizado el dolor que experimentamos las mujeres y las personas con vulva. Además, el mito de la virginidad ha hecho que el dolor se normalice y ha puesto mucha presión en nosotras en el ámbito sexual.

Si hago memoria, yo creo que la primera señal fue una interacción sexual en donde sangré después de que una pareja introdujera sus dedos. En ese momento pensé que era normal el sangrado y el dolor, pues era virgen, entonces no le presté ninguna importancia. Sin embargo, ahora veo que en ese momento inició mi asociación entre sexo y dolor. Posteriormente, intenté tener relaciones sexuales con coito con mi pareja del momento y fue imposible. Recuerdo que empecé a sentir mucha frustración y desesperación. A cualquier costa quería deshacerme de mi “virginidad” pero a la vez cada vez era mayor el miedo al dolor.

La primera vez que en verdad me cuestioné qué era lo que estaba pasando a nivel físico, fue una ocasión que intenté usar un tampón y no pude. Todo esto ocurrió en la preparatoria y no supe cómo manejarlo, ni cómo acercarme a ayuda profesional. Me daba pena decirle a mi mamá que quería ir con una ginecóloga, pues no quería que supiera sobre mi vida sexual. Lo llegué a platicar con amigas y era verdaderamente frustrante que nadie más pasaba por eso. Las respuestas que recibía era que me relajara, que era normal que sangrara y que me doliera. Ahora sé que buscaba respuestas en los lugares equivocados. A pesar de eso creo que tuve la fortuna de tener amistades que me escuchaban aunque no tenían las respuestas.

Mientras todo esto pasaba, un día sufrí de un abuso sexual, el cual negué, pues no quería lidiar con las consecuencias. Pasaron meses y decidí que era momento de ir con una ginecóloga para saber qué era lo que me estaba pasando. La sorpresa que me llevé fue que me en ese episodio de violencia sexual me contagiaron VPH. Desafortunadamente, la ginecóloga que me dio el diagnóstico me revictimizó porque había bebido de más la noche del abuso. Esto sólo empeoró mi situación.

Debido a eso, después del tratamiento para el VPH, decidí cambiar de ginecóloga. Yo ya había investigado un poco en internet y me había topado con la palabra vaginismo, pero no fue hasta que la ginecóloga me explicó y enseñó los músculos que están contracturados, que supe verdaderamente lo que tengo. Después de descartar cualquier otra afección física, la doctora me canalizó con una sexóloga para tratarme.

Al  enterarme del diagnóstico del VPH y no saber por qué no podía tener penetración, mi relación con mi sexualidad empeoró. Sentí un gran miedo por no conocer mi vulva, por saber que estaba enferma, culpa por no haber ido a la ginecóloga antes y miedo a no poder compartir mi sexualidad con alguien nunca más. Afortunadamente, la vida me demostró que no es ni será así. Sin embargo, muchos años viví con miedo, sola y en silencio.

¿Qué fue lo más difícil?

Creo que la mayor limitante es la poca información que hay al respecto y todas las presiones que existen para que las mujeres vivamos una sexuallidad de acuerdo con el canon en donde la penetración es central. Además, la estigmatización y tabúes que existen alrededor de la sexualidad femenina, hacen que sea más difícil recurrir a ayuda profesional. Nos sentimos avergonzadas por no cumplir con el papel sexual de una mujer “normal”, es difícil que hablemos de ello. Creo que es necesario que cada vez se hable más de las disfunciones sexuales femeninas y de otras formas de llegar al placer. También es muy importante que los especialistas tengan las herramientas necesarias para apoyar a las personas, sin revictimizarlas, ejercer otras violencias y tomar en cuenta distintas vivencias.

¿Cómo ha sido con mis parejas?

Mi última pareja fue sumamente comprensiva y amorosa en el proceso. Al principio de la relación me costó mucho trabajo contarle todo, pero logramos construir la confianza e intimidad necesarias para poder hablar del tema. Sin embargo, hubo momentos en los que fue difícil, pues a pesar de que había comunicación, a mí se me dificultaba hablar de ello porque me seguía sintiendo insegura, como si no pudiera darle “algo”, a pesar de que él me dijera y demostrara que no era así. Creo que el apoyo de la pareja ayuda y acompaña pero lo más importante es seguir los procesos internos por y para una misma.

En este tema de las parejas siempre he tenido el miedo de cuándo es el mejor momento para informarle a unx potencial compañerx de mi situación. Me daba mucha ansiedad decirlo demasiado pronto y que se sacaran de onda por mi honestidad, o que fuera demasiado tarde y se crearan expectativas que no podría cumplir. La conclusión a la que he llegado es que mi condición no es más que un filtro adicional, y que la persona que quiera estar conmigo va a aceptarme y acompañarme.

Reconocer que vivo con vaginismo y que eso no me resta valor a mí ni a mis relaciones, fue muy difícil. La negación hacía más difícil que pudiera hablar de ello y que llevara a cabo un tratamiento. Una vez lo acepté, he podido escuchar a mi cuerpo y todo ha fluido con mayor facilidad. Esto lo he logrado a partir de un largo camino de desaprendizaje sobre lo que es la sexualidad.

Actualmente estoy tomando terapia psicológica una vez a la semana, mientras hago ejercicios en casa. Los ejercicios de Kegel me han servido mucho para conocer mi cuerpo y poder disociar los músculos del suelo pélvico. También ha sido muy importante conocer mi vulva, viéndome a un espejo y tocándola con mis dedos. Otro instrumento que me ha sido útil son los dilatadores vaginales, que tienen distintos tamaños y ayudan a relajar los músculos gradualmente.

Si estás pasando por algo parecido…

Te recomiendo tener  mucha paciencia y ternura contigo. Creo que a veces puede ganarnos la desesperación. El proceso de recuperación no es lineal; hay días buenos y días malos. En estos últimos lo más importante es tomarse un respiro y no presionarse, para intentarlo otro día. También algo que me ha sido muy útil es tener en mente que mi sexualidad no se limita a mi recuperación del vaginismo. Claro que quiero recuperarme, pero sólo para poder ampliar mis posibilidades en el ámbito sexual, no porque haya algo mal en mí. Recuerden que la sexualidad no es únicamente el coito.

Por otro lado, una de las primeras personas a las que leí fue a Pilar Pons. Ella tiene un libro, un podcast y un blog en donde habla del vaginismo y sus tratamientos. De igual manera, mi sexóloga me recomendó la página vaginismus.com, en donde viene mucha información sobre el tema. Recientemente una chica me compartió un manual para la dilatación que creo también está muy completo. Finalmente, creo que es bueno informarse y documentarse, pero también el internet está lleno de información que puede abrumar e información errónea. Además, cada persona es un mundo y hay cosas que le pueden funcionar a alguien y a otra persona no. Por eso, lo que recomiendo a primera instancia es buscar apoyo profesional por parte de unx ginecólogx o unx sexólogx.


Esperamos que esta información pueda llegar y ayudar a quien lo necesite, recuerda que no estás solx y que cualquier situación por la que estés pasando, también pasará. Si necesitas hablar, puedes contactarme sin ningún tipo de vergüenza.

Gracias por leer.

¿Las mujeres intimidan a los hombres?

¿Hay ciertas mujeres que intimidan a los hombres?

¿A los hombres les dan miedo las mujeres exitosas?

¿Somos unas locas feministas y todo está en nuestra imaginación?

Voy a hablar de algo personal que tengo ya varios años viviendo y que además condiciona la clase de hombre que me atrae.

Mi última relación «seria» fue hace más de cinco años, luego me fui de Venezuela y desde 2015 he estado saltando de romance en romance y de país en país. En todo este tiempo he cambiado de formas que nunca hubiera imaginado, he hecho cosas que no creí hacer y me he demostrado un coraje que ni soñaba. Todas esas experiencias me han dado una personalidad y un carácter que siendo muy honesta sé que no es fácil y puede llegar a ser un poco abrumador.

Puedo no caerle bien a todo el mundo porque hablo fuerte, porque me faltan dos rayitas de filtro, digo muchas groserías y me encanta dar mi opinión. Además hablo abiertamente de sexo, soy inteligente, buena en mi trabajo, independiente y no soy sumisa…

Entendiendo lo anterior y dejando claro que sé que no le tengo que gustar a todo el mundo, puedo decir que más de una vez he sentido que un posible prospecto se aleja de mí porque se siente intimidado. En realidad ya el asunto se transformó a que muchos ni siquiera se me acercan -ya sea por ellos o porque yo misma los alejo-.

Esto no me pasa sólo a mí, es una conversación constante con mis amigas solteras.

«Todos quieren a alguien honesto, hasta que les dicen algo que les duele». Algo así pasa con esto, «todos quieren a una mujer exitosa e independiente» hasta que consiguen a una que no se queda callada, que es más guapa o que gana más que ellos.

Yo busco rodearme de personas que admiro, mis amis son gente talentosa e inteligente, y en el plano romántico es igual. Me interesan personas que puedan sumar a mi vida de diferentes formas.

Sobre este tema hablé con varios hombres. Algunos me dijeron que ni siquiera lo intentan porque sienten que esa mujer no les prestaría atención, que está fuera de su liga y que no estarían a su par. Varios hablaron del tema económico y profesional, otros dijeron que la diferencia en la experiencia sexual era determinante. Uno que otro me dijo que le incomodaba la idea de sentirse menos y otros tantos que más bien el hecho de que una mujer «exitosa», «poderosa» o «muy guapa» les prestara atención y decidiera compartir tiempo con ellos los motivaba a ser mejores o a ver cosas en ellos que ignoraban.

Sé que no soy la más exitosa, graciosa, o guapa y con todo y eso todo lo descrito en los párrafos anteriores por mucho tiempo me frustró. Hoy sé que es un filtro más para la gente que se me acerca o que quiero tener conmigo.

¿Qué tan importante es el sexo para ti?

 

peter fischli y david weiss orgasm diagram
Peter Fischli y David Weiss en  Order and Cleanliness

 

Hace poco me encontré con este diagrama que más que explicarme, me sirvió de excusa para este texto. Básicamente según esto, el centro de todo lo que hacemos en la vida es el orgasmo…Y digo excusa porque según lo que pude leer estos señores se volvieron locos e hicieron muchos diagramas en ese libro, algunos con un poco más de sentido que otros.

¿Qué tan importante es el sexo?

Es decir muchas veces me encontré en mi casa, sin bañar, escuchando música en la comodidad de mi cama y si alguien me invitaba a vernos, me invadía una flojera inmensa. Daba igual si tenía días sin salir, si tenía ganas, o si estaba aburrida…de verdad no importaba. Solamente pensar que tenía que bañarme, escoger ropa,  trasladarme a algún lugar, tener una conversación básica con alguien -o capaz no tan básica-  y que MUY probablemente el sexo fuera mediocre , me aburría infinitamente y me llenaba de flojera. Eso sin contar todas las veces que me dejaron plantada durante la cuarentena.

¿Existe la posibilidad de que un  mal polvo se convierta en un buen polvo con la práctica y la comunicación?

O sea, imaginemos que estás hablando con alguien y todo fluye muy bien, te cae bien, te hace reír, cogen un par de veces y la verdad es que deja mucho que desear o que no te gusta tanto en ese aspecto, pero todo lo demás está muy bien, ¿ponderas más los demás aspectos que el sexual? Porque yo no, yo pienso que podemos ser amis y que no necesitamos relacionarnos de manera sexo-afectiva, podemos crear otros vínculos y prefiero salir con alguien con quien sí tenga buena química sexual. 

Si apenas estás conociendo a alguien y no hay sentimientos involucrados, ¿deberíamos intentar resolver ese detalle? No lo sé.

Como hay matices y no todo es blanco o negro. Supongo que puede que hoy no conciba una relación en la que tenga malas relaciones sexuales o me sienta insatisfecha y puede que dentro de 10 años me pase todo lo contrario. Aunque tampoco creo que tenga que ver con la edad, creo que es un tema de personalidad y experiencias y pues sólo tengo las mías.

Definitivamente la relación de cada uno con el sexo es distinta y todos estamos en nuestro derecho de pensar diferente, pero cada vez que lo hablo con personas mayores me dicen que en hay momentos, en los que es muy importante y otros en los que no lo es tanto.

Sé que si estoy enamorada de alguien y su deseo baja en algún momento por cualquier razón, no me voy a poner loca y a no entender y en ese punto valdrán más las otras cosas que el detalle sexual; pero mientras ese no sea el caso, por lo menos hoy a los 27 puedo decir que el sexo está en mis top 3 de cosas importantes de un relación.

Esta deber el texto más confuso, para ustedes y para mí. Porque no encuentro una resolución, porque veo demasiadas capas, demasiados puntos medios, demasiadas condiciones y dependes…y porque en realidad lo que quiero es conocer qué opinan ustedes. De lo que opino yo, ya tengo bastante.

La curiosidad que no nos va a matar

Puede que muchos hayamos dudado o tenido miedo de hacer algo en más de una ocasión en nuestras vidas. Cuando sentimos deseos o curiosidad de hacer cosas; nos da miedo dar el paso, fracasar, qué pensarán los demás y también nos da miedo afrontar lo que nosotros mismos pensaremos o cómo nos sentiremos.

Hoy vamos a hablar de las ganas de experimentar y la curiosidad. Me enfocaré en la parte sexual, pero ya saben que todo se puede adaptar a la vida en general y que siempre podemos sacar conclusiones que nos favorezcan.

Existen deseos o «las ganas de experimentar cosas» y existen las fantasías sexuales que pueden no ocurrir nunca. Aquí les dejo un video muy corto que explica si es necesario o no llevar a la realidad nuestras fantasías.

Todos experimentamos deseos y muchos de ellos sí los podemos realizar. ¿Existe alguna edad para hacerlo?, ¿Eso determinará algún cambio en mí?, ¿Qué pensarán de mí cuando lo cuente?…Puede que te hayas hecho alguna de estas preguntas al pensar en tus deseos, yo sí.

En mi caso, hay un par de cosas que quiero hacer y todavía no he podido, pero sé que no harán daño a nadie y que podré hacerlas en cualquier momento. Aunque una de ellas me costó años admitirla y la he verbalizado pocas veces; una de esas le conté a una amiga que resultó tener ganas de lo mismo y ahí otra vez, no me sentí tan sola ni loca. 

Hablando sobre estos temas, me di cuenta de lo común que es el miedo de comunicar esos deseos a las parejas o de la poca empatía que tiene la otra persona y también de que muchos nos sentimos raros por querer hacer ciertas cosas y es ahí cuando la confianza y la comunicación son clave. No importa si estás en pareja o no, mientras no hagas daño a nadie, no rompas acuerdos, etc, todo puede ser hablado y todo puedes llegar a hacerlo realidad, porque créeme no eres la única o el único con ganas de «eso».

Puede que todos estén pensando en tríos, sexo con otras personas, intercambios o cosas relacionadas, pero la verdad es que puede ser mucho más sencillo y trataré de explicarme lo mejor posible:

Que te estimulen el ano con la boca o con los dedos -siendo hombre o mujer-:

  • Toda la vida quise jugar con el ano de mis parejas hombres, nunca pude. Los prejuicios que ellos tenían y su cero interés en el asunto no dejaron que pasara. Años después uno de ellos me confesó que ahora estaba listo para probarlo, que se arrepentía de cierta forma de no haberlo hecho y que no sabía cómo comentarlo a su pareja actual.
  • Tengo un amigo que terminó una relación de años, en plan matrimonio. Nosotros nos veíamos muy seguido y somos bastante cercanos. En uno de nuestros encuentros mientras le hacía sexo oral simplemente fluyó y pude «mamarle el culo» como diría San Benito. En ese momento me dijo que tenía más de 10 años sin que le hicieran eso.
  • En uno de mis encuentros casuales, el chico me contó que una de sus mejores experiencias fue con una desconocida que literal le ordenó ponerse en 4 para chuparlo todo mientras los masturbaba muy fuerte. Su emoción era tanto por el tema de la dominación, como por el poco tacto que había tenido la chica para masturbarlo y hacerle el oral. Desde su percepción las chicas solemos ser muy dulces al hacer oral o por lo menos al comenzar a hacerlo.

 

oral sexo iustración
Ilustración de Regards Coupables

 

Los juguetes sexuales:

¡Uy! Qué temita.

  • Puede que seas hombre y quieras que agregar otro «pene» para experimentar la doble penetración con tu pareja. Un amigo me contó que su novia nunca aceptó esto porque sentía que «era innecesario» agregar algo más a su forma de practicar el sexo. 🤷‍♀️
  • También otro amigo me ha comentado varias veces sobre la práctica del pegging, que yo desconocía hasta que lo hablé con él y que en realidad hoy no sé si ha logrado practicar. Consiste en que el hombre sea penetrado por una mujer con un dildo tipo arnés o strap on.
  • Yo tengo un Satisfyer y aunque mil veces prefiero usarlo solita, me he encontrado con varias parejas masculinas que se sienten «intimidados». «Es que nunca te voy a dar tanto placer», me han llegado a decir. Yo sólo les digo a todas las mujeres que me leen que se compren uno.

Las mejores inversiones en mi vida han sido: la universidad privada, la ortodoncia             y el Satisfyer -mentiritas, bromis-.

satisfyer meme conversacion

Sumisión y dominación:

Como vimos en los puntos anteriores, es un tema constante y se expresa de diferentes maneras. Pero aquí también les dejo puntos de vistas contrastados:

  • Yo soy más de que me gusta ser dominada, disfruto los golpes, que me ahorquen y justo ahora quiero experimentar con cosas un poco más intensas. Sé por ejemplo, que no me gusta que me amarren porque me da ansiedad y a veces me gusta tratar de ser más dominante, pero siempre desde el juego y como provocación para mi pareja.
  • Una de mis amigas más cercanas siempre me comenta de lo mucho que a ella le gusta dominar, pero dominar estilo dominatriz, con humillaciones y maltratos. Lo disfruta y lo quiere poner más en práctica.
  • También muchísimos hombres me han contado que les gustaría que las mujeres tomemos más la iniciativa o que seamos más dominantes. Uno de ellos me decía «Me encantaría que llegue una chica, me diga que me acueste y se siente en mi cara».

 

kat euphoria barbie ferreira body positive
Barbie Ferreira como Kat en Euphoria

¿Vieron que no todo son tríos en este mundo?

Las experiencias o ideas que nos pueden dar curiosidad son infinitas: puede que te atraigan las personas andróginas o que hayas imaginado estar con una mujer trans bellísima y con un pene gigante…Todo está bien y es bonito, mientras no haga daño a nadie, esté consensuado y lo comuniques.

Ya para concluir quiero dejar algunos comentarios claves:

  1. Tenemos que aprender a comunicarnos y empatizar con el otro. De por sí ya es difícil hablar sobre lo que nos gusta o queremos, lo mínimo que se espera y que podemos ofrecer es un genuino intento por entender y abrir un poco la mente. Comunicación, amis, pidan lo que quieren y digan lo que no. Yo he podido hacer cosas porque he comunicado lo que quiero y porque he tenido la suerte de estar con personas dispuestas a experimentar conmigo, pero hay que hablar. El consentimiento es indispensable en las prácticas sexuales.
  2. El sexo es para disfrutar y dejar toda la mierda de la sociedad de lado por algunos minutos. Déjense ser, por favor. Si no es ahora, ¿cuándo? Si tienen curiosidad, háganlo -repito, sin lastimar a nadie- y aunque digan la curiosidad mató al gato, ellos tienen varias vidas…nosotros sólo una.
  3. Muchísimos hombres quieren experimentar con su «Punto G», no teman preguntar, sugerir o solicitar la práctica. Obvio, limpieza e higiene, por favor.
  4. Si eres mujer, es probable que más de una vez te hayan pedido -e incluso hayan interactuado con tu ano sin consultarte-, entonces no tengo mucho más que agregar, si lo quieres probar, comunícalo y si no también.
  5. Estamos tan afectados por el machismo que ni siquiera nos damos cuenta que no nos permite vivir nuestra vida sexual de forma plena. Aquí juega un papel muy importante la industria pornográfica y cómo hemos sido educados por ella. El heteropatriarcado me tiene harta.
  6. Satisfyer: Entiendo que mucho del «miedo» -si se le puede llamar así a tal nivel de inseguridad- viene por el machismo y también por todos los memes que existen sobre este succionador de clítoris. Este tema es larguísimo y el debate sobre si aporta o no a la liberación sexual femenina es como para una entrada entera.
  7. Es trabajo de todes que el mundo sea un lugar más bonito, comencemos con nosotros mismos, practiquemos la empatía, la compersióndejemos las etiquetas y prejuicios atrás.

 

Me encantaría muchísimo leer sus comentarios y opiniones sobre este tema. Espero sirva de algo y les inspire a coger como conejos sin vergüenza a nada jaja.

Alejandra la desesperada

Hay algo muy importante que necesito que la gente entienda -los hombres especialmente- y es que si yo digo que quiero una relación no estoy diciendo que quiera una relación ahora mismo, o que quiera una relación contigo dude random al que estoy viendo por primera vez en mi vida, o otro dude con el que ya me he visto más de 5 veces para tener relaciones y con quien no me estoy involucrando sentimentalmente. No, no tengo el vestido de novia comprado y estaba sentadita esperando conocerte para usarlo POR FIN.

Llevo 5 años soltera, muchos porque seguía «atada» a mi exnovio y otros porque así lo quería.

Hoy ya no quiero estar soltera y lo cuento porque realmente me costó mucho llegar a este punto.

Tuve que entender cómo eran mis relaciones pasadas, cómo me relaciono ahora y medianamente averiguar qué quiero o espero de mi pareja sentimental.

En realidad yo no sé cómo soy en pareja. Es decir, mi última relación terminó en 2015 cuando tenía 22 años. En todo ese tiempo he cambiado y la «Alejandra novia» de 2013 evidentemente no se parece a la «Alejandra novia» de 27 años…Pero no sabremos cómo se resuelve ese asunto hasta que me enamore de alguien.

El tema es que sí, sí quiero una relación. Sí, lo he dicho en la primera cita. Sí, capaz hasta lo he puesto en mi perfil de Bumble. Y sí, también sé las connotaciones negativas que todo este tiene.

Pero no importa, porque cualquier persona que crea que el mundo gira a su alrededor, que piense que soy una intensa, o que estoy desesperada…no me interesa.

Y sí soy una intensa, pero ser intensa no es negativo.

Lo negativo es creerte el centro de mundo, es no pensar en que la otra persona tiene juicio, puede tomar decisiones y también tiene sentimientos.

Si quieres estar en una relación que incluye el perrito, casa con cercas blancas y niños; está bien.

Si prefieres la soltería porque quieres coger con medio mundo;  está bien.

Si quieres estar sin pareja y no acostarte con nadie; está bien.

Si quieres alguien que te acompañe los fines para Netflix and chill; está bien.

Todo lo que quieras está bien, sólo piensa de dónde salen esos deseos y hazte cargo. A mí me tomó años decidirlo y también decirlo, pero ahora lo grito y estoy feliz de poder hacerlo.

optimista vino relaciones soltera
Ilustración por @alterella_

Optimista por obligación, así me siento. Pensando que al decir esto, al tratar de reivindicar la intensidad y el poder que tenemos de decidir hacer con nuestras vidas lo que queramos, estoy haciendo algo.

También imaginando que en algún lugar alguien me va a entender y me va a gustar y yo igual, y seremos felices por un tiempo y luego ya no y ya.

¡Salud!