Desde que creé mi perfil en Curious Cat he recibido varias preguntas sobre si me crearé un perfil en OnlyFans o si vendería mi pack. En alguna respuesta, una lectora me dijo que debería escribir sobre OF y le respondí que tengo tal desorden en mi cabeza que no sé muy bien qué podría decir al respecto.
Por un lado, la desnudez nunca fue un tema en mi vida, es decir, crecí sabiendo que un cuerpo desnudo no tiene que ser sexual y que todes tenemos más o menos el mismo cuerpo y genitales.
En mayor o menor medida siempre me he sentido cómoda con mi cuerpo y me he gustado desnuda. Hay algo en verme a mí misma que me excita y puedo sentirme poderosa al estar desnuda como también puedo darle cero importancia al hecho.
A mis 13 todo el colegio vio mi pack porque algún compañero se lo pasó a su cel y se encargó de repartirlo. Cuando tenía 15 años, me hice una sesión de fotos en lencería de regalo para mi novia de ese momento, las imprimí y mi mamá las consiguió. Cuando ya era mayor de edad y estaba en mi siguiente relación llegué discutir con mi ex porque se dio cuenta que en mi perfil de Tumblr también subía nudes. Un par de veces subí fotos medio «pasadas de tono» a IG y tuve problemas con mi familia. Cuando tenía 22 vendía fotos de mis pies y luego ya con 25 llegué a vender nudes a través de una app llamada Oppa.
A principios de año subía fotos «anónimas» a TW hasta que comencé con el blog y mi perfil en TW empezó a funcionar como plataforma de distribución, ya con mi nombre y cara.
Digamos que toda esa comodidad con la que he vivido mi cuerpo y mi sexualidad, consiguió un propósito en este blog, conseguí algo que comunicar más allá de aprovecharme del sistema machista que nos ve como objetos.
Y ahí viene el principal problema de este quilombo mental que me cargo. Entiendo que estamos acostumbrados a ver cuerpos femeninos desnudos para vender y que las industrias macro nos han hecho creer que los cuerpos femeninos están hechos para la satisfacción masculina.
El mayor problema es el capitalismo, que vende todo, que busca lucrarse de todo y que nos ha convertido en objetos tan vendibles como la cocaína. Y sí, el sexo mueve el mundo, pero el sexo basado en la explotación, cosificación y humillación de las mujeres.
Si entendemos que el problema no es sólo un sistema económico y lo vemos como un monstruo que está dentro de nosotros y nos hace capaces de crear redes de prostitución, secuestrar mujeres y obligarlas al trabajo sexual… la verdad es que vender mis fotos desnuda no suena para nada como algo bonito.
El feminismo me ha hecho confiar en que yo y sólo yo puedo tomar decisiones sobre mi cuerpo, pero yo desde mis privilegios, yo no siendo una mujer pobre y sin estudios que se puede asombrar con la promesa de una vida mejor.
OF y plataformas del tipo, son perfectas para tener mujeres obligadas a ser objetos a cambio del mejor postor y a seguir extendiendo este problema. Sí, no todas las chicas están obligadas y secuestradas, algunas toman decisiones y siendo dueñas de sus cuerpos deciden que hacer con él.
El tema es que, realmente creo que tampoco podemos comernos al 100% el discurso del «empoderamiento» de ganar dinero por algo que hacemos de forma gratuita, ¿me explico? Porque todas estamos dentro de esta cosa horrible y gigante que nos ha tratado como cosas desde siempre.
Sí, si un día me tomo una foto y siento que me veo bien diosa es probable que la suba a TW para que algunas personas me lo digan, pero siendo muy honesta esto cada vez pierda más el sentido para mí. Porque son piropos vacíos, son cumplidos que no terminan en nada y son comentarios calientes que de verdad no me llenan de forma sustancial. Básicamente me estoy empezando a sentir igual que con el sexo casual, durante años funcionó y llenaba ciertos vacíos, pero ya no.
Creo que no me crearé un perfil en OF, tampoco creo que venda mi pack y probablemente deje de subir nudes a TW.
Si ustedes quieren subir fotos, háganlo. Hagan lo que quieran con sus cuerpos. Cuídense porque TODO lo que llega a internet no se borra nunca y puede que hoy esté todo ok, pero existe la posibilidad de que en un par de años lleguen consecuencias.