02 de noviembre de 2021

Me despedí de ti no una, ni dos, ni tres veces…Me despedí de ti miles de veces. Imaginé diálogos una y otra vez. Te lo grité en silencio otras miles. Te escribí una carta. Te lo grité en voz alta cuando «descubriste” lo que para ti era una muestra clara de infidelidad. Te lo grité en una segunda oportunidad…

No sirvió de nada porque duele mucho.

Hasta que te tocó a ti, hasta que te tocó a ti hablar y decir que también te sentías solo, que también sentías que mi compañía era nula, que te sentías ignorado…

Lamento tanto esto.

Acostumbrarme a lo bonito que fue en un momento, lo único, especial, lo que lo hizo tan nuestro. 

Me duele sentir que nunca me dejaste entrar a tu vida, creo que esperabas que yo me hiciera un espacio, pero no me lo creaste…o no cómo creo que hubiese funcionado para ambos.

Siento el fracaso.

El dolor en el pecho.

Muchas veces no me caes bien. Cuando hablas sin filtro, cuando dices cosas hirientes y actúas como si nada luego, cuando no puedes decirme que me quede, cuando no puedes decirme que me quieres, cuando no me besas, cuando no me agarras las nalgas…a veces cuando siento que estorbo, que te robo el aire, cuando te aburre lo que te cuento, cuando todo lo hago mal, cuando tengo que andar en puntillas y que mis pies te dan asco.

Nunca nada de ti me ha dado asco.

Me duele mucho…

el todo me recuerda a ti,

el todo me suena a ti.

Siento mucho haberme perdido dentro de esta relación, no mostrarme como soy, no mantenerme firme ante cosas, ante mis gustos, ante tus críticas…lamento haberme hecho pequeñita casi tanto como una niña que no puede ni sabe expresarse.

Te amo, me vulneré ante ti como nunca y te extraño a diario.

Me urge sanar, no quiero aguantar, no quiero esperar.

A ti, que no te quiero nombrar

Hace unos meses te pedí videollamada y nunca la hicimos, en ese momento quería hacerlo en persona, quería contarte cómo había cambiado mi percepción acerca de nosotros y de ti.

Hoy te escribo esto porque no tengo cómo más hablarte y porque me permite escribir todo lo que quiero sin importar la extensión del texto.

Tú eres felicidad, tú eres mi casa, mi hogar, eres los años en los que fui más feliz, eres mi transformación en adulta, eres los lugares que conozco y que ya no puedo transitar, también eres mi concepto de familia, eres mis dudas, mis retos, eres mis gatas, eres esas ganas que tenía de superarte que me hicieron salir de mi zona de confort y me obligaron a recorrer Caracas y me dieron amistades que hoy conservo y que ocupan un lugar muy importante, eres Venezuela y eres, cuantitativamente, gran parte de mi vida.

No te miento, todavía hoy digo que no te he superado, pero lo digo de forma consciente, lo digo recordando todo lo que representas, lo digo asumiendo que nos encontramos en un momento de vulnerabilidad y también que yo no estaba en mi mejor estado mental.

Hay cosas que me dolieron y cosas que me parecen increíblemente jodidas y que jamás pienso volver a permitir…Todo eso te lo reprocho. Te reprocho porque no fueron justas, porque fueron hirientes y porque estoy convencida de que no se hacen.

Entonces vivo en un estado constante de no entender nada, te volviste una de mis contradicciones. Yo te convertí en un fantasma que me acompaña y que de vez en cuando aparece con más intensidad a recordarme quién soy y de dónde vengo.

No sé si te quiero, no sé ni siquiera si me caes bien, no sé si podría tolerar una charla contigo…porque no eres eso, no eres mis recuerdos, eres otro…y durante mucho tiempo utilicé esas cosas malas que pasamos para negarte y tapar mi dolor. No sirvió de nada porque me doliste y me dueles. No te puedo culpar por eso. Las cagadas siempre se las achacaré a tu inmadurez.

Quiero soltar, quiero dejar de pensarte, quiero pensar en mis días en Venezuela y que no vuelvas a mi mente, pero es imposible porque estás en todo, estás ahí, siempre presente.

Luego de tantos años de conocerte, luego de tantos cambios en mi vida, luego de tanto aprendizaje, entendí que no eres tú, simplemente fueron circunstancias, fueron momentos, situaciones y efectos de lo mismos.

Te recuerdo mucho, te pienso siempre y sigues estando presente cuando conozco a alguien y me empiezo a involucrar, porque no quiero vivir lo mismo, no quiero pasar nada de lo que pasé contigo con nadie más…o bueno sí, sólo quiero la felicidad.

Llevo días pensándote, como ya los dos sabemos que me pasa, pero hace un par de días escuché esta canción que para mí sólo tiene sentido porque recuerda a ti.

Gracias.