“Manósfera”: Los hombres que viven de contar sus vidas sexuales

En México se hizo viral un posteo de Facebook en el que narran como un hombre utiliza Tinder y Bumble para conocer chicas, acostarse con ellas y luego contarlo en Youtube y otros medios…ganando dinero de eso.

Un par de semanas atrás una amiga justamente había salido con este hombre y me contó cuando él le escribió insultándola, en ese momento yo la aconsejé  por el tema del COVID19 y además le platiqué de una experiencia parecida que tuve hace 3 años aquí mismo en México.

Mi historia:

En 2017 cuando llegué a México comencé a salir con un estadounidense de 39 años, soltero, vivía solo en donde viven la mayoría de extranjeros de CDMX, musculoso, con buena plática y bastante encantador. Lo conocí en Tinder y nos veíamos por lo menos una vez en la semana y pasábamos los fines de semana juntos.

Nuestra relación era básicamente sexual, compartíamos bastante tiempo juntos, pero en realidad no sabíamos mucho de la vida del otro. Yo estando recién llegada lo menos que quería era un vínculo, estaba en proceso de adaptación y lo que él me ofrecía en ese momento era lo que yo necesitaba y además estaba dispuesta a dar a cambio.

Cuando ya teníamos dos meses saliendo, una de mis mejores amigas se preocupó porque en ese punto yo lo único que sabía de él era que vivía de escribir, no sabía dónde ni qué y ni siquiera conocía su apellido.

Un día cualquiera estaba en su casa, él estaba durmiendo en su cuarto, yo en la sala con su computadora frente a mí. Al abrirla pude ver su nombre completo, así que lo siguiente fue googlearlo.

Encontré tres cosas:

  1. Un ebook de su autoría con venta en Amazon, en el que prometía enseñarles a los hombres cómo dar orgasmos a cualquier mujer con sólo 10 pasos.
  2. Un blog dividido en 4 secciones: músculos y dieta, experiencias sexuales con mujeres jóvenes, tips para ser exitoso como él y turismo siendo gringo en países de Latinoamérica.
  3. Que ofrecía consultorías de 40 minutos por USD $100 a mujeres y hombres para tener una vida sexual y amorosa exitosa.

Yo no podía creer lo que estaba leyendo, además por la diferencia horaria mi amiga que me había insistido en investigarlo no me respondía. Yo estaba muy sorprendida, en su sala, tratando de hacer silencio cuando sólo quería gritar. 

Quiero aclarar que teníamos una relación abierta, es decir ambos nos veíamos con otras personas y no me sentía engañada. Lo que me pasó, fue que me obsesioné con el blog, creo que lo leí todo en menos de tres días y entraba diariamente para saber qué escribía.

Mi interés fue poco a poco disminuyendo porque yo era otra mujer con la que él probaba sus teorías. Por ejemplo, uno de sus consejos era «nunca le regales nada», y así el día de mi cumpleaños no recibí ni un chocolate. Es decir, para mí todo lo que había estado sucediendo -por más que fuera muy poco- era mentira. 

En el sexto mes de «relación» le conté que ya sabía todo, me preguntó si estaba molesta, me explicó que era su trabajo y a partir de ahí incluso me mostró las redes de varios de sus amigos. Todos extranjeros, guapos, musculosos y que vivían máximo por un año en distintos países latinos.

Creo que lo que acabo de describir es suficiente para que se hagan una idea de la clase de persona que es, pero todo se fue transformando en un cagadero. Cada vez que yo le cancelaba la cita, le decía algo «que lo molestaba» o hacía algo «indebido», él me insultaba, me bloqueaba y actuaba como un machito patán de 15 años. Finalmente terminé la relación y cortamos la comunicación.

Pero no quedó ahí, obviamente escribió sobre mí en varios artículos, aunque el único que recuerdo era uno que tituló algo así como «X cosas que tienes que saber si sales con una venezolana», además este sujeto me escribía mails de cuentas inventadas, me escribía mensajes desde números raros e incluso llegó a stalkear en IG a la persona con la que yo salía después.

Hace poco lo googleé y ya nada existe, sólo reseñas de su libro, sé que se devolvió a E.E.U.U y me agregó en LikedIn  – pregúntenme para qué porque yo tampoco entiendo-.

Hay muchos hombres extranjeros haciendo lo mismo en América Latina

Todo este cuento que les acabo de echar y la razón por la que seguramente entraron aquí, es que durante esos 8 meses de relación investigué y me encontré varias cosas desagradables y asquerosas.

Estos hombres tienen una especie de «filosofía» que se llama «manósfera». Utilizan las redes, websites, Youtube y cualquier medio para expandir su forma de vivir y ganar más adeptos.

Utilizan la metáfora de la película Matrix – de la píldora roja y la píldora azul- para convertirse en machos alfa, capaces de acostarse con mujeres mucho más jóvenes, de manipularlas y de tratarlas mal. Es decir, consumen la píldora roja y aseguran que los hombres que no son «exitosos» como ellos es porque escogieron la píldora azul.

Dentro de esta tendencia también entran los incels, grupos antifeministas, etc…porque además también están ligados con la política.

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La desigualdad social que existe en América Latina, nuestros países llenos de feminicidios, proxenetismo y miles de condiciones que nos ponen en peligro a las mujeres, donde además el «sueño americano» es algo con lo que todos crecimos…Aumenta nuestra vulnerabilidad ante personas así: hombres, heterosexuales, con dinero, extranjeros, que vienen casi casi a hacer turismo sexual y que además se sienten con el poder -una vez más- de hablar de forma explícita y desagradable de algo que debe quedarse entre 4 paredes, de nosotras como objetos y que no obstante ganan dinero de eso.

Les dejé algunos links con más info, igual les recomiendo buscar directamente en inglés y les recuerdo que tenemos que cuidarnos, siempre.

Usando Bumble en cuarentena

Cuando comenzó la cuarentena yo me veía regularmente con alguien con quien tenía ya casi un año «saliendo», todo bonito y todo bien. Hasta que ya no fue bonito y no estuvo bien, corté esa relación y volví a no tener con quien verme regularmente.

Primer mes de cuarentena y yo estaba «tranquila», básicamente porque estaba enfocada en no volverme loca por encierro y soledad y mis necesidades sexuales pasaron a otro plano.

Comencé a sentirme más tranquila y volví a hacer lo que hago cuando estoy aburrida: entrar a Bumble 😛.  Así conocí a un chico con quien – a pesar de todo pronóstico-  tuve buena química y además me cayó lo suficientemente bien como para tener una amistad, pero como ahora todos estamos pasando por procesos y haciendo maromas para tener una vida lo más parecida a la que teníamos antes de que todo esto pasara, no me puedo ver con él tan seguido como me gustaría.

La cuarentena se extendía cada vez más y yo como asidua usuaria de Bumble me di cuenta de algo:

  1. La cantidad de personas disponibles aumentó. Para quienes no estén familiarizados con la app, cada vez que le das a la izquierda (descartas a una persona) te aparece un corazoncito en la esquina que te va diciendo cuántos perfiles te quedan por ver.
  2. La mayoría de los perfiles tenían descripciones como: «Aquí por la cuarentena», «La cuarentena me aburrió, quiero salir ya», «El encierro me trajo aquí» y etc.

En ese momento me pareció obvio y no le di demasiada importancia. Seguí hablando con personas y tuve conversaciones constantes con dos chicos que pasaron lo que bauticé como «cuestionario COVID-19» y quedé en verlos.

El primero de los individuos es un doctor que me lleva unos 10 años y a quien iba a ver un viernes a las 9 de la noche. Estuvimos hablando todo el día como a hasta a las 5, a las 7 comencé a alistarme y cuando terminé aproximadamente 20 minutos antes de las 9 me di cuenta que no me había vuelto a escribir; le escribí que ya estaba lista y que me pasara la dirección exacta de su casa. Nunca respondió y a las 9.30 de la noche lo bloqueé de todos lados.

El otro es un realizador audiovisual con quien tenía todavía mucho más tiempo conversando, quedamos para el jueves siguiente y con él estuve hablando hasta el momento en que me metí a bañar. Le dije que estaba lista en 40 minutos y que le escribía para que me pasara la dirección, 5 minutos antes de que se cumplieran los 40 minutos le escribí que ya había terminado y tampoco respondió. Al día siguiente en la mañana me escribió por SMS para decirme que se había quedado dormido y que lo sentía.

En menos de una semana dos personas me habían dejado plantada y se habían comportado de forma estúpidamente grosera.

Eso me hizo sentir bastante mal conmigo misma. Me hizo pensar muchísimo en cuál era la causa y porque estas personas se sentían con el derecho de ser tan patanes y maleducados conmigo y llegué a una conclusión bastante triste…

La cuarentena ha causado embarazos, separaciones, reapariciones de exes, gente horny a montones, etc…y también ha cambiado la forma en la que trabajamos, nos comunicamos, consumimos y blah, pero otra de las cosas jodidas de esto es que ya no puedes tener una cita «normal».

Básicamente con el tema de no poder ir a lugares públicos si decidías verte con alguien tenía que ser en alguna de las casas de los involucrados. Yo tengo una especie de protocolo para tener dates digitales, que incluye videollamadas o voice notes y termina con una cita en un bar o en un lugar público. Y en esta nueva realidad donde los locales estaban cerrados, la única opción era vernos en la casa de alguno de los dos, lo que hacía -lamentablemente- que el consentimiento al sexo en la primera cita quedara IMPLÍCITO.

Entonces según yo, el hecho de que la gente asuma que el sexo está implícito y que el número de personas en las app haya aumentado, es la combinación perfecta para que todos los patanes y desubicados del mundo hagan de las suyas.

Esta es un texto triste y que escribo desde un lugar oscuro…pero estas experiencias me hicieron aprender que lamentablemente no podemos exponernos tanto. Ya de por sí, al salir con desconocidos o gente de apps nos exponemos a un montón de peligros, no deberíamos poner nuestra vulnerabilidad emocional en un lugar accesible para nadie que no valga la pena.

Si van a amar, amen bien, amen con todo. Si les gusta mucho alguien, entréguense, sean consecuentes y respetuosos, no se limiten. No ghosteen, no manipulen, no mientan para conseguir lo que quieren.

Y aunque sea jodido y duela, no permitan que nadie, sobre todo gente desconsiderada y egoísta pueda afectarles emocionalmente o hacerles sentir menos.

 

 

 

BTW, se acabaron las citas con hombres de Bumble hasta nuevo aviso.